martes, 1 de julio de 2014

Qué hicieron los Carlsen antes de saber que su hijo era un genio

Qué hicieron los Carlsen antes de saber que su hijo era un genio

Publicado por  el jun 29, 2014
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Share on meneaClark publicaba hace unos días en el «Wall Street Journal» una excelente entrevista con los padres del campeón del mundo de ajedrez, Magnus Carlsen.Sigrun y Henrik contaban pequeños secretos familiares y cómo encararon la educación del muchacho, antes y después de que fuera evidente su talento. No todos los hijos van a salir tan listos como el noruego (el propio Magnus tiene dos hermanas «normales»), pero quizá pueda servir de inspiració saber qué hicieron ellos.
Carlsen-ninoPor si todavía hay alguien que no conoce al chaval, Magnus Carlsen se convirtió en gran maestro de ajedrez a los 13 años, a los 19 se encaramó a laprimera posición de la clasificación y a los 22 ganó el campeonato del mundo. Con 23 acaba de sumar los mundiales de partidas rápidas y semirrápidas. Su puntuación Elo, que marca el ranking mundial, es la más alta que ningún ajedrecista ha tenido nunca, por encima del récord histórico de Kasparov.
Esto hicieron los padres de Carlsen, lo que no quiere decir que sus decisiones fueron las correctas:
1. No insistir demasiado. Henrik, de 52 años, es un buen jugador de ajedrez, un aficionado fuerte cuya puntuación más alta, al menos en la última década, es de 2095 puntos Elo. Ahora está por debajo de los 2000 puntos, pero su nivel era más que suficiente para enseñar a Magnus, que aprendió al mismo tiempo que a su hermana mayor, Ellen (que ahora tiene 25 años), cuando el chico tenía cinco. Después de un mes o dos de lecciones, el padre se rindió. «Seguíamos jugando al ajedrez de vez en cuando, pero ya no tenía ninguna ambición», confiesa. Con tantos otros niños, sus hijos aprendieron las reglas rápidamente, pero al contrario que otros prodigios como Capablanca, los pequeños Carlsen aún no entendían cómo podían hacerl que las piezas trabajaran en equipo, una de las claves para mejorar en ajedrez. Henrik asumió que aquello solo sería un pasatiempo y que en casa no tenía ningún futuro campeón.
2. Estimular a los hijos con otras actividades. Sigrun, que tiene 52 años, recuerda que su hijo podía pasarse horas con puzles o con las piezas de Lego. Incluso era capaz de estudiar en profundidad las instrucciones de los modelos, destinadas a niños mucho mayores, algo que a menudo ahuyenta incluso a los adultos. Sabido es que conocía todas las banderas del mundo de memoria.
3. Fomentar la paciencia. Los padres de Magnus aseguran que no había evidencias de que su hijo varón aprendiera más rápido que sus hermanas Ellen ySigne (17), pero descubrieron que él siempre seguía intentándolo. Ellos cultivaron esa capacidad única.
4. Jugar con los mayores es un acicate para los pequeños. Magnus retomó su interés por el juego cuando tenía unos ocho años, al ver que su hermana mayor sí seguía jugando con su padre. Ella ya era capaz de alcanzar un nivel mínimo para que las partidas no fueran aburridas. El espíritu competitivo del chico, que solía observar sus partidas, hizo el resto.
Carlsen, con la actriz Liv Tyler, en su faceta como modelo
Carlsen, con la actriz Liv Tyler, en su faceta como modelo
5. No dejarse ganar, pero hacer más sencillo el juego. Muchos padres, el propio Henrik, no saben si deben dejarse ganar para no desalentar a los hijos. Él pensó que eso no estaría bien, pero les proponía juegos con unas pocas piezas o solo con un peón y un rey, para ir incrementando la dificultad de forma paulatina. La decisión no pudo dar mejores frutos. Si en algo destaca Magnus es en su comprensión de los fundamentos del ajedrez, algo que lo convierte en una máquina de aplastar rivales en las posiciones aparentemente más inocuas.
6. Una vez desatado el talento, darle facilidades para desarrollarlo. Este punto es uno de los más polémicos. El caso es que cuando Carlsen empezó a destacar en los torneos, era frecuente que siguiera estudiando a todas horas con su tablero, incluso comía aparte, sin levantar la vista de las piezas. «Podíamos hablar con él si queríamos; él nos escuchaba y si quería se unía a la conversación». Pese a estas comidas tan poco convencionales, los Carlsen aseguran que seguían siendo una familia muy unida.
7. «Dejarlo todo» por el chico. Este paso es sin duda el más radical que tomó Henrik Carlsen, quien pidió una excedencia de un año, vendió uno de los coches familiares, alquilaron su casa y se fue con Magnus a recorrer Europa en busca de torneos para que el futuro campeón se fogueara, cuando tenía solo doce años. El pequeño dejó el colegio, por supuesto, aunque siguió aprobando los exámenes, sin ninguna dificultad. Él está convencido de que aquel año fue uno de los más beneficiosos de su formación, «mucho más que ir a la escuela». Magnus incluso bromea sobre el único aspecto negativo de aquella decisión: «Me voy pareciendo a mi padre en una cosa: ahora cuento los mismos chistes malos».
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Henrik y Magnus Carlsen. Foto: Chess.com
8. No dejar que se hundiera por las derrotas. Para todo niño prodigio, perder es una tragedia que suele preceder a unas lágrimas inconsolables. Cuando caía derrotado, Magnus solo quería estar solo y lamerse las heridas. Henrik no le dejaba caer en la autocompasión. Carlsen hijo asegura que el mejor consejo que le dieron nunca fue: «Levántate y deja de quejarte».
9. Tratarlo como a un hijo normal. Carlsen es una celebridad en su país, pero cuando se convirtió en modelo de una marca de ropa empezaron a pararle por la calle aún más a menudo. Sus hermanas empezaron a comprender la importancia que había alcanzado, pero Sigrun no se dejó impresionar y, preocupada por la aparente seriedad del muchacho, siguió tratándolo como al chico que siempre había sido, preocupada solo por su felicidad. «Mientras estuviera contento, podía hacer lo que quisiera». Incluso jugar al ajedrez.

lunes, 26 de mayo de 2014

EL TÍTULO DE GRAN MAESTRO, UNA SINGULAR HISTORIA QUE CUMPLE UN SIGLO

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Esta es una crónica reminiscente. Pertenece a otro siglo, acaso a un tiempo que no fue hermoso ni su gente libre de verdad. Hace 100 años, para el Imperio Ruso, la práctica del ajedrez representaba algo más que un simple juego de guerra. Durante la dinastía Romanov, el zar Nicolás II llevó a cabo, con particular impronta, la celebración de un histórico certamen: el Torneo San Petersburgo 1914. Fue una competencia que dio origen a un reconocimiento indeleble: la creación del título de gran maestro de ajedrez; una bendición que partió del todopoderoso zar y que desafió el paso del tiempo a lo largo de toda una centuria sin que nadie se atreviera a modificarla. Nace la historia.

Tal vez, en la fatua y veleidosa forma de gobierno de Nicolás II, que fue entronizado de apuro y sin ablande en 1894, a los 26 años y tras la inesperada muerte de su padre Alejandro III, de 49, se encuentre la clave del porqué, hace exactamente un siglo y mientras un crispado clima social afectaba a buena parte del continente europeo, el zar aprobó, 60 días antes del inicio de la Primera Guerra Mundial -un conflicto que entre horrores y espantos causó 9 millones de muertos-, la realización de una competencia con motivo de los festejos por el 10° aniversario de la Sociedad de Ajedrez de San Petersburgo.

Fue así que entre el 21 de abril y el 23 de mayo, en el Club Liteiny Prospekt, se celebró el histórico certamen: San Petersburgo 1914; cuyo proyecto inicial incluía la invitación, con gastos de traslado, estada y honorarios pagos, para cada uno de los 24 mejores ajedrecistas del orbe.

Algunos como Amos Burn, Richard Teichmann o Szymon Winawer rechazaron el convite por cuestiones de edad, mientras que otros como Oldrich Duras, Geza Maroczy, Rudolf Spielmann, Savielly Tartakower y Carl Schlechter se excusaron ante la tensa relación que afectaba y amenazaba la paz entre el Imperio Austrohúngaro y Rusia.

Por ello, sólo 11 jugadores concurrieron a la cita: Emanuel Lasker (alemán), el campeón mundial; José Raúl Capablanca (cubano) y Akiba Rubinstein (ruso), los dos principales aspirantes al título; los rusos Alexander Alekhine y Aron Nimzowitsch, ganadores de los torneos Todas las Rusias en 1913 y 1914, respectivamente; otro ruso (Ossip Bernstein), el campeón norteamericano, Frank Marshall; el alemán Siegbert Tarrasch, los ingleses Isidor Gunsberg y Joseph Blackburne, y el francés David Janowski.

Cada sesión de juego se fijó en un máximo de 7 horas y media, ya que el ritmo de las partidas se estableció en 2 horas para las primeras 30 jugadas por rival, de otros 90 minutos para los siguientes 22 movimientos, y 15 minutos a finish. El torneo se disputó por round robin (todos contra todos) a una sola vuelta, y solamente los cinco mejores clasificadosaccedieron a la siguiente serie, en la que se enfrentarían a doble vuelta (partida y revancha) con cada rival.

Fue entonces cuando Nicolás II, personaje tímido, romántico e idealista, amante del teatro, la música y la navegación, dio la sentencia con alcance de poder real: "Los cinco mejores ajedrecistas recibirán el título de gran maestro de ajedrez, creado a partir de este momento por disposición del Imperio Ruso".

El 24 de mayo de 1914, tras el final de la competencia, los actores posaron para la foto, con la tabla de posiciones conformada de la siguiente manera: 1° Lasker, 13,5 puntos, 2°, Capablanca, 13, 3°, Alekhine, 10, 4°, Tarrasch. 8,5 y 5°, Marshall, 8.

Si bien la FIDE, el organismo rector de la actividad fue creada en París, en 1924, hasta mediados del siglo XX, y considerando que entre 1939 y 1945 el mundo fue sacudido por la Segunda Guerra Mundial, solamente estos cinco ajedrecistas mantuvieron esa condición única. Pero, en el Congreso de la FIDE en Yugoslavia, en 1950, se revalidaron los cinco títulos existentes y fueron reconocidos otros 27 jugadores, entre ellos el argentino Miguel Najdorf, con idéntica distinción. A partir de 1958 se establecieron los requisitos formales para alcanzar el título de gran maestro (ver aparte).

El ingreso de la tecnología en el mundo del ajedrez acortó las horas de estudios y aumentó la cantidad de jugadores titulados. Su ayuda provocó que se fueran batiendo récords de precocidad para tamaña hazaña. Bobby Fischer fue el más joven gran maestro, con 15 años, en 1958, pero el ucranio Sergey Karjakin, que obtuvo el título con 12 años y 7 meses, en 2002, es la nueva marca por vencer.

Hace un siglo en San Petersburgo se disparó la anécdota. La imposición del zar y la coronación de los primeros grandes maestros. Una historia singular, que resistió dos guerras y mantiene vivo el recuerdo.

el sistema para llegar, paso a paso

Basado en una fórmula matemática ideada, en 1962, por el profesor norteamericano Apard Elo, la FIDE ideó un ranking de puntos (a los que se los llamó Elo) para sus ajedrecistas.

A través de esta tabla, el jugador sabrá si con su actuación en un torneo consigue supera o no sus expectativas. Y, de acuerdo con ello, si ganará o perderá puntos (Elo) en el ranking.

Para la obtención del título es necesario, entre otras cosas, sumar como mínimo tres normas (cumplir las expectativas de un mínimo de puntos exigidos). Es decir, un jugador deberá sumar determinada cantidad de puntos en un torneo para que su actuación sea equiparable a la de un maestro y de acuerdo con ello irá acumulando normas; son necesarias tres en cada uno de los pasos para la obtención de la categoría siguiente.

jueves, 8 de mayo de 2014

PUBLIMETRO HABLÓ CON MAGNUS CARLSEN (23), CAMPEÓN MUNDIAL DE AJEDREZ

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Magnus Carlsen proviene de una típica familia, pero desde que aprendió a jugar ajedrez, a los cinco años, ha estado disfrutando de una carrera más notable que ha hecho del noruego el jugador más joven del mundo, a los 19 años se posicionó como el Nº1 en el ranking. El año pasado, Carlsen se coronó campeón mundial con tan sólo 22 años. Pero el prodigio también tiene la misión de hacer que los jóvenes se interesen mucho más por el ajedrez. En una entrevista exclusiva con Publimetro Internacional nos explica cómo es posible hacer esto.

El ajedrez es uno de los deportes más controvertidos del mundo por la forma de entrenamiento, ya que es más una capacidad mental que física. ¿Cómo mantiene su mente en forma?

-Creo que un error que tiene la mayoría de las personas es que piensa que el ajedrez no es un deporte físico. Para mí el ajedrez no es sólo capacidad mental, la forma física también es importante. Entreno resistencia, al igual que cualquier otro atleta. Sentarse durante horas, mantener la concentración y el enfoque requiere de estar en buena forma física. En cuanto a mantener mi mente en forma, siempre estoy pensando en el ajedrez, pero también trato de equilibrar eso con ciertas técnicas de relajación.

¿Qué ha aprendido de otros deportes? y ¿qué pueden aprender otros atletas del ajedrez?

-El ajedrez es toda una estrategia. Creo que en cualquier deporte la estrategia es lo importante. Por ejemplo, necesitas saber dónde estará ubicado tu compañero de equipo en el campo, así puedes poner la bola a tiempo. Anticiparse a tu oponente es igual de importante. Enfocarse en lo que podría ser su próximo movimiento, o cuál es su mejor opción, me parece, es (a menudo) la clave para ganar el juego.

Aunque usted tiene una larga carrera por delante, ya tiene una marca establecida, incluso su propia aplicación Play Magnus. ¿Cómo hace para elegir sus negocios y socios comerciales?

-Elijo mis actividades comerciales basadas en el objetivo de conseguir más gente alrededor del mundo para jugar ajedrez y mostrarles que es divertido. He desarrollado la aplicación  Play Magnus porque pienso que debe haber una nueva forma de ver el ajedrez: jugar contra uno mismo. Esperemos que todo el mundo disfrute la aplicación. Sé que los jóvenes pasan el tiempo en dispositivos móviles y quería estar seguro de conectarme con ellos.

Sus padres le ayudaron a hacer su carrera. Muchos prodigios cuyos padres actúan como sus directivos más tarde se rebelan, como el caso de Lewis Hamilton. ¿Cómo ha sido la relación con sus padres durante su crecimiento y ser extremadamente exitoso y rico?

-Mis padres han sido un gran apoyo a lo largo de mi carrera como ajedrecista, y aún lo son. No siento en absoluto que haya cambiado mucho. Siento que soy la misma persona todo este tiempo y soy muy cercano a mi familia. No creo que haya algo que cambie eso.

El ajedrez es obviamente un juego honrado, pero ¿usted siente que puede traer innovación al deporte?

-No es tarea fácil llevar la innovación a un deporte tan tradicional, pero eso es lo que estoy intentando hacer con mi compañía Play Magnus. Siento que si sigo tratando de que la gente vea el ajedrez como algo divertido, vamos a ver a más jóvenes practicarlo.

Le escuché que le gusta jugar anónimamente vía online, superando a los ingenuos principiantes ¿Por qué?

-Yo no juego contra ingenuos principiantes, pero a veces juego online contra desprevenidos expertos. Normalmente estoy con amigos que están deseosos de obtener unos puntos extra y raramente rechazo un juego de ajedrez.

Nueva York y Washington tienen mesas de ajedrez al aire libre donde la gente común puede sentarse y jugar. Imagínese si usted pudiera jugar en estas mesas. ¿Lo haría? Aunque sólo fuera para observar las reacciones de la gente. 

-Lo hacía. Jugué un par de juegos y mi oponente no jugaba nada mal.

domingo, 30 de marzo de 2014

ANAND JUGARÁ LA REVANCHA CONTRA EL CAMPEÓN MUNDIAL CARLSEN

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El indio Viswanathan Anand, destronado por Magnus Carlsen como campeón mundial de ajedrez, se ganó el derecho a jugar, un año después, la revancha al imponerse en el torneo de candidatos al título, que se disputa en Khanty-Mansiysk (Rusia).

Antes de asegurarse matemáticamente la victoria en el torneo, a falta de una ronda, Anand tuvo que resistir el acoso del ruso Sergey Karjakin, que luchó durante seis horas portraducir en victoria su ventaja de material (alfil y caballo frente a la torre negra), hasta que firmó las tablas después de 91 movimientos.

Con el medio punto obtenido hoy en la decimotercera y penúltima ronda, Anand lidera la clasificación con ocho unidades, seguido de un quinteto que tiene 6,5.

Inalcanzable ya en el primer puesto, Anand jugará mañana con blancas frente al ruso Peter Svidler con la tranquilidad de tener el triunfo final a buen recaudo.

El armenio Levon Aronian, el único que hasta hoy tenía esperanzas reales de arrebatar la victoria a Anand, perdió con negras no solo la partida contra el ruso Dmitry Andreikin, sino cualquier opción al triunfo final.

El ruso Vladimir Kramnik, excampeón mundial, derrotó al búlgaro Veselin Topálov, otro excampeón, que está a punto de acabar el torneo hundido en el fondo de la clasificación.

Anand jugará, en noviembre próximo, el encuentro por el título ante Magnus Carlsen, que en noviembre pasado le arrebató la corona en Madrás (India).

- Resultados de la decimotercera ronda:

Dmitry Andreikin (RUS)-Levon Aronian (ARM) 1-0

Sergey Karjakin (RUS)-Viswanathan Anand (IND) Tablas

Vladimir Kramnik (RUS)-Veselin Topalov (BUL) 1-0

Peter Svidler (RUS)-Shakhriyar Mamedyarov (AZE) Tablas

- Clasificación después de trece rondas:

.1. Viswanathan Anand (IND) 8 puntos

.2. Levon Aronian (ARM) 6,5

.3. Sergey Karjakin (RUS) 6,5

.4. Shakhriyar Mamedyarov (AZE) 6,5

.5. Vladimir Kramnik (RUS) 6,5

.6. Dmitry Andreikin (RUS) 6,5

.7. Peter Svidler (RUS) 6

.8. Veselin Topalov (BUL) 5,5.

miércoles, 26 de marzo de 2014

CARLSEN: 'ME PUEDES LLAMAR GENIO DEL AJEDREZ, PERO NO GENIO'

ON 26.

'Me llevo bien con Kasparjov, especialmente desde que no es mi entrenador'
'No soy una persona que lo coge todo inmediatamente. Necesito adquirir conocimiento'
'Me es difícil admirar a los ajedrecistas actuales, porque son mis competidores'

Durante la presentación de PlayMagnus, ELMUNDO.es tuvo la oportunidad de charlar con el joven Gran Maestro de ajedrez noruego: sobre sus planes, sobre si le ha cambiado la vida desde el pasado noviembre cuando, con 22 años, 11 meses y 23 días, fue coronado como el decimosexto campeón mundial de ajedrez, sobre Kasparov y Anand, y sí, también sobre el Real Madrid.

Hace dos días, Carlsen escribía en su cuenta de Twitter: "PlayMagnus ha logrado las 100.000 descargas. Me pregunto si mi próximo contrincante en el Campeonato Mundial la usa para entrenarse".

Era medio broma, porque no disimula su risa, pero confiesa: "Sé que el Gran Maestro francés, Maxime Vachier-Lagrave, que es el número 10 del mundo, ha estado compitiendo en ella... Pero tengo la impresión de que es más por divertimento que como entrenamiento contra mí", explica. "Aunque lo pasó mal, creo. Y si no recuerdo mal jugué contra él varias varias veces cuando tenía 14 años y le gané siempre".

Carlsen no ha ocultado nunca que le disgusta jugar contra máquinas, pero con su app la cosa cambia: "Para mí es definitivamente más interesante jugar contra mí mismo", explica. Si bien no le ha dedicado excesivo tiempo, aunque reconoce haber competido contra él mismo, y que perdió en el nivel 23. Porque el "propósito de la app no es sentarte horas frente a ella, sino 10 minutos".

Próximos retos

Su rutina es cambiante, confiesa que no va mucho de vacaciones, que le gusta viajar a los torneos y los "bonitos lugares donde se celebran", y que cuando está en Noruega también lo disfruta, "relajándose en casa". Su próximo reto es el torneo de Azerbaiyán en abril donde jugará "con algunos de los mejores jugadores del mundo", para el que se entrenará todo el mes que viene. Después viene el torneo noruego, quizás la Olimpiada de Ajedrez en agosto, y por fin se centrará en quien sea su oponente en el Mundial.
Sobre cómo de cerca sigue a sus futuros contrincantes, contesta: "los torneos empiezan a las 10 y yo me levanto a las 10", y se ríe. "No en serio: los sigo varias horas a diario, los comparo con mis propias bases de datos", concede. Y los sigo "como profesional, pero también como fan del ajedrez, simplemente disfrutando las grandes partidas", añade.

Reconoce estar contento con lo bien que le ha ido a Viswanathan Anand, a quien le arrebató en Chennai el título de Campeón Mundial, "pero será interesante competir básicamente con cualquiera que se califique. Va a ser divertido para mí, y probablemente para mi contrincante. Y para todos los que siguen el ajedrez".

Un padre y un niño prodigio

No obstante, dice no sentir nada de presión desde que posee el título mundial, que le convirtió en el segundo campeón más joven después de Garry Kasparov. Sobre el ruso, reconoce: "Nos llevamos bien, especialmente desde que no es mi entrenador. Y no me discute aperturas, y no se enfada por la elección que haya hecho en el juego... La última vez que nos vimos, aquí en Oslo, tuvimos una muy buena charla sobre ajedrez. Nos llevamos bien, sí".

Carlsen -cuya inteligencia se compara a la de Albert Einstein, si bien nunca ha sentido interés en medir su coeficiente intelectual, que algunos sitúan en 190- comenzó a jugar ajedrez de niño. Aunque es sabido que al principio no mostró mucho interés. "Mi padre me enseñó a jugar al ajedrez, pero no era a eso a lo que yo quería dedicar todo mi tiempo. Jugaba de vez en cuando con mi padre, cuando hacía mal tiempo. Probablemente él tampoco quería jugar, porque tanto mi hermana como yo no entendíamos demasiado, así que no era muy interesante para él..."

Preguntado por cómo sucedió todo, por cómo un niño prodigio puede pasar ligero del tablero y acabar como campeón del mundo, rompiendo así la supremacía soviética desde Bobby Fischer, explica: "Creo que en algún momento empecé a cogerlo. Empecé a tener interés, a dedicarle tiempo a mover las piezas. Y me enganché".

'Necesito adquirir conocimiento'

Pero insiste en que no es un genio. "Me puedes llamar genio del ajedrez, pero no genio. Yo no soy de esas personas que lo coge todo inmediatamente. Necesito adquirir conocimiento. Y así fue con el ajedrez. No vino automáticamente, lleva mucho trabajo. No lo consideré trabajo pero me llevó mucho tiempo entenderlo todo. Y creo que así es con todo. Al menos para mí".
En cuanto a qué ajedrecista admira más, dubitativo, contesta: "Es difícil decir sólo un nombre. Y no recuerdo haberle dedicado mucho tiempo a pensar sobre ello. Admiro a los grandes maestros del pasado. Pero me es un poco difícil admirar a los actuales porque son mis competidores, mis rivales. Aunque es difícil responder, puedo decir que admiro lo que la gente hace, más que a la persona en sí".

No obstante, ahora que es un fenómeno social entre los niños noruegos -se dice que ha desbancado a los héroes patrios del esquí de fondo- reconoce: "A todo el mundo le encanta ser admirado". Y sobre su Real Madrid lo tiene claro: "Estoy muy contento. Están en la lucha por tres títulos y tiene muy buena pinta por ahora. Ahí es donde queríamos estar".
 

martes, 25 de febrero de 2014

DICK SWAAB, NEURÓLOGO LO MEJOR PARA EL CEREBRO ES JUGAR AL AJEDREZ

ON .

El neurólogo holandés Dick Swaab pasó hace unos días por Madrid, donde presentó su libro «Somos nuestro cerebro» y disertó sobre nuestra escasa capacidad para cambiar después del nacimiento. Para el catedrático emérito de la Universidad de Amsterdam, el carácter de cada uno de nosotros está determinado desde el seno materno, como le contó a Pilar Quijada en la excelente entrevista publicada en ABC. Swaab añadió otra frase que solo he visto recogida por la agencia Servimedia: «Lo mejor para el cerebro es jugar al ajedrez».

Somos_nuestro_cerebro_portadaSin salir de Holanda, el libro de Swaab se acerca a toda velocidad al medio millón de copias vendidas. Su obra, editada en España por Plataforma Editorial, ha despertado cierta polémica, que se entiende mejor si tenemos en cuenta que su filosofía la resumía hace poco (de la forma más superficial e interesada, hay que decir) uno de los personajes más irresponsables que ha conocido la ficción televisiva. Frank Gallagher, alcohólico y amoral padre interpretado por Bill H. Macy en la serie «Shameless», ya lo dijo bien claro, para justificar su escandalosa desatención hacia sus numerosos retoños: «Los niños vienen preconfigurados; no puedes hacer nada por ellos».

Lo importante (y serio) es que el neurólogo es escéptico sobre nuestra capacidad de mejorar las capacidades cerebrales. «Por ejemplo», dice, «el cociente de inteligencia depende en un 88% de esa herencia genética». También sostiene que el libre albedrío «solo es una agradable ilusión». El tiempo dirá si su visión es demasiado pesimista, pero en todo caso tiene claro que, entre lo poco que podemos hacer, destaca una cosa: jugar al ajedrez.

sábado, 1 de febrero de 2014

ENTREVISTA LEONTXO GARCÍA, EXPERTO EN AJEDREZ


    Info Gibraltar
    Leontxo García: “Los periodistas tenemos mucha culpa en la difusión de la falsa imagen del jugador de ajedrez como un excéntrico”
    “Si se va a ver la posición, es importante que sea una posición creíble”. La primera frase que dice Leontxo García mientras posa para el fotógrafo ante un tablero de ajedrez deja entrever un profundo respeto por un arte que practicó como semiprofesional durante diez años y que ha contado durante otros 30 en artículos, libros y conferencias. Sabe de ajedrez y sabe cómo presentarlo para despertar la curiosidad de su oyente, ya sea un maestro o alguien que no distingue un alfil de un peón. Habla con la convicción que da la pasión por lo que hace y quizá sea esa pasión lo que ha hecho que su último libro (‘Ajedrez y ciencia, pasiones mezcladas’, Editorial Crítica 2013) haya alcanzado la quinta edición. Ha perdido la cuenta de las veces que ha participado en el torneo de Gibraltar, calcula que unos seis o siete años. Independientemente de la cifra exacta, lo cierto es que se ha convertido en el mejor embajador de un evento que ha merecido el reconocimiento internacional y que gana adeptos en cada edición.  
    La Asociación Internacional de Jugadores de Ajedrez ha reconocido el festival de ajedrez de Gibraltar como el mejor open del mundo. Usted también lo ha afirmado en varias ocasiones. ¿Por qué es el mejor?
    En primer lugar, todo lo que tiene que ver con los aspectos técnicos está muy bien organizado y de forma muy profesional, pero realmente el sello distintivo está en lo que ocurre después de las partidas. Hay muchos torneos en los que cuando acaban las partidas los jugadores no tienen nada más que hacer dentro del torneo. Aquí, como muchos están alojados en el hotel, que es la sala de juego al mismo tiempo, por las noches aquí el ambiente es muy agradable. No se trata sólo de un ambiente puramente social en el vestíbulo o en el bar, sino que hay actividades complementarias como conferencias, torneos de partidas rápidas y eso crea una vida alrededor del torneo que va mucho más allá de las partidas. Entonces, para un apasionado del ajedrez es un torneo especialmente divertido.
    La palabra “diversión” no es precisamente una palabra que se aplique al ajedrez fuera de este entorno, pero estar aquí cambia esa percepción. ¿Hay lugar para la diversión en el ajedrez para alguien que no juegue a este nivel?
    Hay dos tabúes absolutamente falsos muy extendidos sobre el ajedrez y en este torneo se demuestra claramente que ambos son falsos. El primero: el ajedrez es muy aburrido. Hombre, si no te gusta, no te van a obligar porque probablemente te aburrirás. Ahora bien, si el ajedrez te engancha un poco, yo te garantizo que no te vas a aburrir en toda tu vida. Yo llevo cuarenta años en el ajedrez, diez como jugador semiprofesional y treinta como periodista, conferenciante e investigador y no sé lo que es estar aburrido, salvo por lo que me cuentan otras personas. Segundo tabú: el ajedrez es muy interesante, pero solo para personas muy inteligentes. Falso de toda falsedad. Esto es como comparar a una persona a quien le guste correr de vez en cuando por la playa o por el parque con un profesional de la maratón, los dos corren, pero pertenecen a mundos totalmente distintos. Cualquier persona con una capacidad física normal puede correr por la playa, pero ser profesional de la maratón requiere unos genes de nacimiento y un trabajo durísimo durante muchos años. El ajedrez no precisa ni siquiera un mínimo de salud. Absolutamente cualquier persona puede disfrutar del ajedrez. Otra cosas es ser gran maestro, eso requiere unos genes específicos y un entrenamiento de más de ocho horas diarias durante muchos años.
    Comentaba en su diario del festival que hay más posibilidades de partidas distintas en un tablero de ajedrez como átomos en el universo conocido. ¿Ese potencial de asombrar y de crear es lo que mantiene viva la pasión por el ajedrez?
    El número de átomos es un 1 seguido de 80 ceros, el número de partidas distintas es un 1 seguido de 123 ceros, por eso hoy no hay ninguna computadora, ni siquiera las súper computadoras  de la NASA, que pueda jugar perfectamente al ajedrez, a pesar de que sí jugar perfectamente a las damas, al backgammon y a otros juegos. Sin embargo, el ajedrez por ordenador solo se podrá jugar perfectamente cuando existan las computadoras cuánticas.
    Entonces, ¿no está todo inventado en ajedrez ni lo va a estar?
    Una cosa es el ajedrez entre máquinas, que se ha acercado a la perfección aunque no ha llegado, y otra el ajedrez entre humanos. La belleza del ajedrez generalmente nace en el error previo de uno de los jugadores y entonces el otro castiga ese error con una combinación muy bella. Como las máquinas tienden a cometer muy pocos errores graves, la inmensa mayoría de las partidas entre máquinas son interesantes técnicamente para un aficionado de alto nivel, pero no son bellas. El margen de creatividad para la mente humana sigue siendo infinito. El ajedrez es finito desde el punto de vista matemático, pero para la mente humana es tan rico que se acerca a lo que entendemos por infinito.
    ¿El ajedrez ayuda a formar el carácter de una persona o es el carácter de una persona el que construye su manera de jugar al ajedrez?
    Las dos cosas. El ajedrez es probablemente la única actividad en la que dos personas pueden mantener una comunicación muy intensa durante cuatro o cinco horas seguidas sin tocarse y sin hablarse. Eso quiere decir que es muy atractivo para personas tímidas porque pueden expresar su creatividad sin tocar a nadie ni hablar con nadie. Eso no quiere decir que la mayoría de los ajedrecistas sean así. De hecho, es al revés. Lo que ocurre es que los periodistas tendemos a hablar de los que son raros, no de los que son normales, y entonces la imagen de los raros se extiende sobre todos los ajedrecistas. Pero si ahora mismo echamos un vistazo a la lista de los cien mejores del mundo. Estaríamos hablando de los súper militantes del ajedrez. Pues entre los cien mejores del mundo, aunque aceptásemos una definición muy flexible de la palabra “loco”, “raro” o “excéntrico”, no creo que hubiese más de cinco que respondan a esa definición.  Otra discusión sería qué es la normalidad.
    ¿Y cómo forma el carácter?
    Esto es para dar no una conferencia, sino un curso entero. Está demostrado científicamente a lo largo de los últimos 120 años que el ajedrez desarrolla la inteligencia, especialmente la de los niños; mejora el rendimiento escolar, sobre todo en matemáticas y en comprensión lectora; y otras muchas cualidades, tanto de inteligencia cognitiva como de inteligencia emocional. Lo de la inteligencia emocional es nuevo. Se ha demostrado por primera vez en la universidad de La Laguna por tres psicólogos españoles. Compararon a niños que en sus horas de actividad extraescolar jugaban al ajedrez con otros que jugaban al fútbol o al baloncesto. Se ha demostrado que los que jugaban al ajedrez desarrollaban más no sólo la inteligencia cognitiva (pura), sino la emocional, lo cual sorprende porque el ajedrez es individual y el fútbol o baloncesto. Esto no quiere decir que el ajedrez sea mejor, sino que son complementarios, mente sana en cuerpo sano, pero sí reconfirma las grandes virtudes pedagógicas del ajedrez. Por eso, el Parlamento Europeo en de 2012, con 461 eurodiputados a favor, recomienda la introducción del ajedrez como asignatura obligatoria en todos los colegios de la Unión Europea.
    También ha trabajado en el ajedrez como herramienta para prevenir el Alzheimer…
    Le he dedicado los últimos ocho años a esto y he contrastado mis hallazgos con más de doscientos neurólogos. La conclusión a la que podemos llegar es que la práctica frecuente del ajedrez retrasa el envejecimiento cerebral y por tanto podría prevenir el Alzheimer, o al menos retrasarlo considerablemente. En buena lógica, si el ajedrez es un excelente gimnasio mental y estamos retrasando el envejecimiento cerebral, es lógico pensar que con un cerebro más sano al envejecer la probabilidad de padecer una demencia senil baja considerablemente. Hay otras actividades que sirven para lo mismo, pero con matices. Para empezar, el ajedrez es un juego. Seguro que aprender japonés es magnífico para retrasar el envejecimiento cerebral, pero si el Gobierno de Gibraltar o el de España recomiendan mañana a todos sus ciudadanos que aprendan japonés, el fracaso está garantizado. Además, la infraestructura básica es muy barata; a pesar de que tiene más de1.500 años de historia documentada, encaja perfectamente con el siglo XXI porque es el único deporte que se puede practicar por internet. Mientras hablamos puede haber cientos, miles o millones de personas jugando al ajedrez por internet. Otra razón es que la Federación Mundial de Ajedrez tiene afiliados a 178 países, solo el fútbol y el atletismo tienen más. Si yo ahora, por ejemplo, entro en un bar de Dar es Salaam, capital de Tanzania, como me ocurrió, y hay un señor delante de un tablero de ajedrez con una silla vacía, te quedas mirando y te hace un gesto para sentarte…Estuvimos dos horas comunicándonos. Yo no hablo suajili y él no hablaba mi idioma, ni inglés, ni nada. Sin embargo, la comunicación entre nosotros fue intensa porque en Islandia, en Chile o en Nueva Zelanda se juega al ajedrez exactamente igual.
    Entonces, ¿desarrolla la empatía?
    La teoría de las inteligencias múltiples de Howard Gardner dice que no tenemos una sola inteligencia, sino ocho, y tenemos argumentos irrebatibles para afirmar que el ajedrez desarrolla cinco de esas ocho. Antes te citaba la matemática y la lingüística. La visión espacial es obvio porque si me toca jugar en esta posición la posición que me interesa evaluar no es la que estoy viendo con los ojos, si no la que visualizo con la mente que puede producirse dentro de cuatro o cinco movimientos para decidir si me interesa o no llegar a esa posición. Quedan dos que tienen que ver con la pregunta: la intrapersonal y la interpersonal. La intrapersonal es que cuanto mejor me conozca a mí mismo, mejor jugaré al ajedrez porque mejor comprenderé cuáles son mis puntos débiles y mis puntos fuertes, a qué posiciones me interesa llegar y a cuáles no. Por ejemplo, una persona que huya de las complicaciones no va a jugar tácticamente provocando muchos líos, más bien buscará posiciones tranquilas. Por la misma razón, cuanto más sepa sobre ti, mejor jugaré contra ti porque prepararé la partida intentando llevarte a las posiciones que menos te gustan. Las otras tres inteligencias de Gardner son la musical, la corporal y la naturalista. Podríamos matizar en algún caso, pero en principio no se desarrollan con el ajedrez.
    ¿Las pistas sobre sí mismo que un jugador deja en una partida coinciden después con cómo es fuera del tablero?
    En algunos casos sí, pero hay un riesgo porque en otros casos lo que ocurre es que la persona utiliza el ajedrez como una válvula de escape, es decir, muestra en el ajedrez los sentimientos que tiene inhibidos en su vida normal. A veces ocurre que un tipo muy tranquilo cuando juega al ajedrez es un volcán en erupción, pero lo normal es lo contrario.
    ¿La imagen que se da del ajedrecista en el cine y la literatura se ajusta a la realidad o se tiende a mostrar más al genio excéntrico?
    Ahí tenemos la culpa los periodistas porque lo normal no es noticia. En ajedrez hemos hablado mucho de Fischer. Fischer fue quizá el jugador más carismático de todos los tiempos, pero por desgracia era también un enfermo mental. Fischer es justo el ejemplo de lo que ningún padre, madre o educador debería hacer con ningún niño o niña que muestre algún talento para algo, sea el ajedrez, el piano, el golf o lo que sea, es decir, permitir que no se desarrolle como ser humano y que no reciba una educación integral. Fischer abandonó el colegio a los 13 ó 14 años e incluso cuando iba a clase era como si no estuviera porque estaba obsesionado con el ajedrez y su vida hasta que fue muy mayor era solo ajedrez. Por lo que he hablado con psiquiatras, si hubiera tenido una educación integral su salud mental habría sido mucho mejor.
    Decía que la mayoría de los jugadores es como cualquier otra persona, lo que nos lleva a preguntarnos si hay lugar para la diversión en el torneo cuando acaba la jornada de partidas
    Sí, sí, hay lugar para todo lo que estás pensando…
    ¿Entonces hay congas de jugadores de ajedrez?
    Es cierto que un torneo es muy exigente en cuanto a tiempo y energía, pero los ajedrecistas son seres humanos, no son máquinas. Cuando acaban las partidas lo más normal es que el ambiente sea muy relajado. También depende de qué jugador estamos hablando y de con qué objetivo ha venido. Un profesional de alto nivel probablemente se relaje mucho menos hasta que acaba el torneo que el aficionado que ha venido aquí a pasárselo bien y a practicar su pasión. Te voy a poner un ejemplo. En la Olimpiada de Ajedrez, donde suele haber más de 150 países y se mezclan los mejores del mundo con aficionados de bajo nivel, los de bajo nivel pueden tener fiestas casi todas las noches; mientras que los de alto nivel cuando se desmadran suele ser en el día que se llama Bermudas Party. Lo organiza la delegación de Bermudas, incluso recomiendan ir en bermudas y es la noche anterior al día de descanso. Esa noche suele haber un desmadre muy generalizado e incluso se puede ver a algunos de los mejores jugadores del mundo bailando desenfrenadamente, bebiendo y, en fin, haciendo lo que hace uno en una discoteca.
    Conferencias, torneos, investigaciones…¿Le queda tiempo para escribir más libros?
    Estoy escribiendo dos. Uno sobre Magnus Carlsen y otro sobre las tres grandes “kas” del ajedrez, Korchnói, Karpov y Kaspárov, no solo como grandes jugadores de ajedrez, sino por el simbolismo político de cada uno de ellos en la Unión Soviética.