lunes, 31 de diciembre de 2012

! Feliz Año Nuevo !

     Estimados Lectores:
     Este dia estamos celebrando nuestro Primer Aniversario  de "MaassAjedrez"., y con gran satisfacción
y orgullo , ya que ha sido una gran experiencia por la amplia comunicación con miles de ajedrecistas
por todo el mundo, por permitirme brindarles las mejores notas internacionales dia a dia, desde las Olimpiadas, El Match por el Campeonato Mundial, los grandes torneos Femeninos, las oportunas listas de Rating, los super torneos internacionales incluyendo por su puesto las hazañas de Carlsen.
     Viajar por la historia del ajedrez me permitio tambien poner a tu alcance biografias y anecdotas
de los Grandes, las partidas disputadas por los mas activos  Maestros, lecciones para Ninos,
consejos para Principiantes, Noticias de la FIDE, entrevistas con Anand, nuestra seccion de problemas y
nuestra semblanza respecto al avance y desarrollo de la masificacion del Ajedrez en las Escuelas por varios paises.
     Mi sincero agradecimiento a quienes leen a diario "MaassAjedrez", por Ustedes es nuestro trabajo,
y en este dia tan especial me comprometo a seguir adelante en pro del Ajedrez.

     Gracias y Feliz Año 2013
     Sinceramente
     MF Gustavo Maass
     hectorgustavomaass@yahoo.com


Ajedrez y literatura: el arte de leer a un rival



Un viaje en compañía de escritores y ajedrecistas a través de la Historia. Secretos y significados de un juego que es una metáfora de la vida

Cinco, casi seis de la tarde de un día de semana. Chalet de dos plantas y ladrillo a la vista, en las afueras de Buenos Aires. El que me hace pasar al jardín del fondo tiene aspecto de esquiador vitalicio, lleva remera blanca de cuello alto y mangas largas. No me escruta como a un rival -por cortesía; nunca podría haber sido su contrincante, ni en una partida a ciegas-, pero la mirada es de una cordialidad impiadosa. Su paso, el de un monarca retirado. Responde con demasiada paciencia en un castellano extranjero, encantador: fuerte, persuasivo. Me limito a tartamudear inexactitudes. Su mera presencia tiene la deferencia de colocar al interlocutor en otro plano (nunca el mismo). Su amabilidad, la falta de prisa atestiguan que si bien el ajedrez no permaneció del todo ajeno a los embates de la puerilidad y la aceleración -que parecen en las últimas décadas de rigor-, el juego y sus fieles mejor dotados han preservado un aura imposible de extinguir.

Por inverosímil que sea, estoy sentado frente al gran maestro danés Bent Larsen, vecino del barrio de Martínez desde 1982. Acabo de estrechar la mano que saludó a Bobby Fischer, unas veces victorioso; otras, derrotado; que saludó a Mijaíl Tal; que saludó a Botvinnik; que saludó a Alekhine; que saludó a... y en segundos uno cree rozar mágicamente el linaje del pasatiempo más insondable, tentado de imaginar que está siendo bendecido por un mero apretón de manos. El "Gran Danés" fue el primer occidental en batir a los rusos y es, según Boris Spassky, el último artista del ajedrez. Larsen pertenece a esa raza de figuras más enigmática que la de las celebridades. Ha sido un rey sin corona, que por motivos azarosos -azarosamente secretos- nunca alcanzó la consagración más pública, vulgar, con la que un ajedrecista sólo se convierte en genio, en loco, o en ambas cosas.

De esa visita hace ya unos años, pero a las frases de Larsen no las he olvidado hasta ahora y no creo que vaya a olvidarlas nunca: "Karpov hace buenas jugadas muy rápido, Korchnoi hace muy buenas jugadas despacio". O, con ironía, señalando cierta posición en el tablero: "Y ahora la partida es más tablas que antes de empezar". Pocos meses más tarde estaría tomando debida nota de sus lecciones en el Club Argentino, rincón mítico que potenciaba la resonancia de sus pasos y palabras: "Me gusta ganar pero no tengo miedo de perder". La rapidez y naturalidad con que disparaba esos epigramas sólo subrayaban su precisión -"con presión de tiempo un caballo es más peligroso que un alfil"- y la mera oportunidad de compartir unas horas con semejante coloso era un sueño realizado, claro que en compensación por el malogrado de convertirme en un distinguido jugador profesional.

Fuera de las casillas 
El índice y el pulgar en el aire, a punto de tomar una pieza: golpe magistral o error fatal, a menudo no se sabe con certeza, aun siendo un destacado maestro. Una mínima oscilación en el ánimo y en milésimas una jugada tuerce el destino. ¿Pero qué es distracción y qué, falla de cálculo? Movimientos, celadas: el curso de un cerebro, pensamiento graficado. La atención, desde luego, es la llave, aunque concentrarse no siempre garantiza que las ideas vengan con naturalidad. Los dedos acarician o estrangulan las piezas que están fuera de juego. Torneo abierto. Silencio de biblioteca. Algunas de las partidas, de hecho, serán historia en futuras recopilaciones. (Ciertamente, un libro de ajedrez puede volverse una máquina de relatos: cada partida reproducida supone una narración, una fecha, una geografía y dos antagonistas.)

Hace siglos que expertos y amateurs han jugado para ser otros, para no ser nadie, para perderse en otra dimensión, en lo posible sin perder. Creando debilidades en la defensa del contrario, rogando que una movida cumpla varias funciones a la vez, que cada jugada implique una ofensa hacia el rival. Siglos procurando situarse en posiciones convenientes para el propio temperamento, recurriendo de urgencia al sacrificio como lance para romper con lo predecible. Intentando evitar la humillación, ante el adversario, ante los espectadores y, peor, ante uno mismo (ante la falsa imagen que uno se había hecho de sí como jugador). Siglos sentándose ante un tablero para ponerse a prueba: a ver qué tan lejos llega nuestra inteligencia sobredimensionada, nuestra audacia vacilante, nuestra capacidad de absorber el fracaso. "Los juegos constituyen una prueba continua de habilidad dentro de una confianza fluctuante: el rival percibe la humillación y la duda, y busca redoblarlas", apuntaba Adrian Stokes. Suele repetirse que el ajedrez enseña a saber perder, pero con excesiva frecuencia la derrota invita al mutismo, al olvido. Morder el polvo de lo irreversible no le era ajeno al holandés J. H.

Donner, que decía que "es precisamente su impiadosa falta de ambigüedad y su claridad lo que vuelve a una partida lo opuesto de la vida. La vida oculta nuestros errores". Según Donner, es justamente "la irreparabilidad de un error lo que distingue al ajedrez de otros deportes".

Se ha dicho del ajedrez, también, que enseña a anticiparse al otro, a leer su mente, a administrar el tiempo. Pero como me comentó Oscar Panno en una ocasión, "el reloj fue siempre un enemigo. El reloj es siempre un enemigo de la verdad".

A capa y espada 
Analizada en retrospectiva, la Argentina podría ser considerada una Atlántida del ajedrez, un lugar donde sucedieron acontecimientos históricos que, vistos desde hoy, parecen pertenecer a otra era, hundida, borrada, apenas reivindicada por islotes de empeño y entusiasmo en clubes y jugadores tenaces. Los hitos incluyen las Olimpíadas de 1939 y de 1978. Los destierros del polaco Najdorf, el sueco Stahlberg, el alemán Eliskases. Figuras como Pilnik, Pleci, Grau, Jacobo y Julio Bolbochán, Sanguinetti, Rossetto y Panno, seguramente el argentino nativo que más lejos llegó. La visita en 1910 del entonces campeón Emanuel Lasker (que se preparaba para los torneos estudiando las fotografías de sus futuros oponentes). Los subcampeonatos en las Olimpíadas de 1950, 1952 y 1954. Los grandes matches en Buenos Aires, como Fischer-Petrosian en el Teatro San Martín en 1971. Los sucesivos magistrales de Mar del Plata. Sin olvidarnos de otro duelo legendario disputado aquí, Capablanca- Alekhine. Al primero se le caían losboletos de los bolsillos cuando venía de apostar en Palermo y según Cabrera Infante, fue un pionero entre los ajedrecistas interesados en las mujeres: "Se dice que la noche de la partida decisiva contra Alekhine estuvo bailando tango tras tango con una belleza local".

Regresa, entonces, la historia de mi abuela materna, repetida al infinito, contando que su padre había conocido y jugado con Capablanca, que visitó Buenos Aires en 1911, 1914, 1927 y 1939. Las peripecias de Capablanca -nombre predestinado- pueden rastrearse en la magnífica biografía de Edward Winter, autor también de misceláneas como Chess Explorations y Kings, Commoners and Knaves. Ya en 1925 Capablanca decretaba lo "mecánico" del juego de elite, augurando que "dentro de no más de diez años una media docena de jugadores será capaz, cuando lo desee, de hacer tablas a voluntad", algo que décadas más tarde Fischer buscó contrarrestar creando su Fischerandom, que sortea la posición inicial de las piezas mayores. Según Fischer, el conocimiento disponible hoy en día es tal que las partidas entre maestros sólo se ponen interesantes a partir de la jugada número 20. El papel que juega la memoria ha sido siempre central y lo es cada día más. Si recordar posiciones se asemeja al arte de la memoria tal como lo describe Frances Yates, el tablero se vuelve un teatro, los casilleros se convierten en las habitaciones de un palacio y pensar, al modo de Giordano Bruno, equivale a "especular con imágenes". A propósito de la memoria, Novela de ajedrez de Stefan Zweig cuenta un viaje en barco a Buenos Aires -como el que hicieron en 1938 Miguel Najdorf y un aficionado insigne, Witold Gombrowicz- y el protagonista, el gran maestro Mirko Czentovic, nunca es capaz de rehacer una partida de memoria, algo "que los del gremio criticaban tan ásperamente como si entre los músicos un eximio virtuoso o director de orquesta se hubiese mostrado incapaz de interpretar o dirigir una obra sin tener ante sus ojos la correspondiente partitura". El crítico argentino Federico Monjeau, dicho sea de paso, tiene una teoría: que el mejor modo de escuchar música es jugando al ajedrez.

Ars combinatoria
Ha habido tantos intentos de definir el ajedrez como tentativas de agotar las contingencias del tablero. El arte de un jugador de ajedrez, declara el incomparable David Bronstein en Secret Notes, consiste en la habilidad "de encender una chispa mágica de la tediosa e insensata posición inicial". La mencionada novela de Zweig propone delimitarlo así:

un pensamiento que no lleva a nada, una matemática que nada calcula, un arte sin obras, una arquitectura sin sustancia, y aún así más manifiestamente perenne en su esencia y existencia que todos los libros y obras de arte, el único juego que pertenece a todos los pueblos y todas las épocas y del que nadie sabe qué dios lo legó a la tierra para matar el hastío, aguzar los sentidos y estimular el espíritu. 

El ensayista George Steiner, autor de The White Knights of Reykjavik, asegura que los problemas que plantea el ajedrez son a la vez muy profundos y completamente triviales. Y que el punto en común entre música, matemática y ajedrez "puede ser, finalmente, la ausencia de lenguaje". Ludwig Wittgenstein recurrió al ajedrez en diversas oportunidades para elaborar o ilustrar símiles, y escribió: "El uso de una palabra es como el uso de una pieza en un juego, y uno no puede comprender el uso de una dama excepto que comprenda los usos de las otras piezas". Son incontables las oportunidades en que la literatura y la filosofía asaltaron la torre del marfil del ajedrez. Robert Burton aludía a "ficciones geométricas". Borges intimaba con "mágicos rigores" y un "severo ámbito en que se odian dos colores", tan similar a la "lucha cuerpo a cuerpo entre dos laberintos" de André Breton. En otro plano, en un texto sobre Alfonso X el Sabio y Capablanca, Lezama Lima aventuraba: "El rey queriendo cerrar cuentas, sellando fijas minuciosidades. El rey queriendo pagar en exactos cuadrados... Una imaginación saludable engendra sus propias causas". Por su parte, E. H. Gombrich se detenía en el efecto visual de un tablero. Jugar con un tablero, para el autor de Meditaciones sobre un caballo de juguete, es replicar "la alternancia perceptiva entre figura y fondo... No en vano los pintores del renacimiento demostraron primero las leyes de la perspectiva por medio de un suelo ajedrezado". Para el cineasta Stanley Kubrick,

el ajedrez es una analogía. Es una serie de pasos que uno da, uno por vez, y se trata de equilibrar los recursos contra el problema, que en el ajedrez es el tiempo y en el cine son el tiempo y el dinero? Grandes maestros a veces dedican la mitad del tiempo asignado a una sola movida porque saben que si no es correcta todo su juego se cae a pedazos.
Cuando Walter Benjamin y Bertolt Brecht disputaban partidas en Skovbostrand, Dinamarca, no se decían una palabra, pero cuando se ponían de pie "era como si hubieran terminado una conversación". No menos curiosas deben de haber sido las partidas que no consiguieron enemistar a Beckett y Giacometti, o a Beckett y Duchamp. El autor de Esperando a Godot -¿metáfora de la idea que nunca llega?- jugaba contra su hermano y su tío, que había vencido a Capablanca en unas simultáneas en Dublín. Para referirse a una jugada, en la novela Murphy se habla de la "ingenuidad de la desesperación". Las narraciones de Beckett se leen, indudablemente, como los devaneos de un ex prodigio y en cierta medida parecen copiar el modo y el método del ajedrez: las oraciones avanzan respondiéndose una a la otra, en estricta sucesión, como si hubiera en efecto dos rivales (y sólo dos) que únicamente pueden dar por terminada la narración cuando queden los dos reyes a solas -la escena absoluta- o por repetición de jugadas, típica circunstancia beckettiana. La defensa, de Vladimir Nabokov, es tal vez la ficción que mejor describe el aleteo del descubrimiento del ajedrez en un niño y las posteriores disfunciones de un gran maestro, aunque omite el salto de un punto a otro. Omisión que, presumamos, justifica el que se trate de un prodigio, para quien todo son atajos.

Fueron muchos los escritores que leconsagraron horas al ajedrez y lo tradujeron en sus páginas: Lewis Carroll, Raymond Roussel, Rodolfo Walsh, John Healy, Braulio Arenas, Juan José Arreola, entre otros. Científicos como Alan Turing, filósofos como Wittgenstein y Daniel Dennett. Una de las analogías que rige El sobrino de Rameau, de Diderot, es el ajedrez. Más cerca, Silvina Ocampo escribía: "El jugador de ajedrez, el matemático, el equilibrista, actúan limpiamente; mientras cumplen su trabajo no tiene tiempo de ser morbosos: cabría decir lo mismo de los autores de novelas policiales". En Las ciudades invisibles, de Italo Calvino, leemos:

En adelante Kublai Kan no tenía necesidad de enviar a Marco Polo a expediciones lejanas: lo retenía jugando interminables partidas de ajedrez. El conocimiento del imperio estaba escondido en el diseño trazado por los saltos espigados del caballo, por los pasajes en diagonal que se abren a las incursiones del alfil, por el paso arrastrado y cauto del rey y del humilde peón, por las alternativas inexorables de cada partida. El Gran Kan trataba de ensimismarse en el juego, pero ahora era el porqué del juego lo que se le escapaba. El fin de cada partida es una victoria o una pérdida: ¿pero de qué? ¿Cuál era la verdadera apuesta? 

Naturalmente, la visión de los grandes maestros es más puntual. Para J. H. Donner, "hay un gran encanto en las partidas en las que uno de los oponentes no juega con sensatez y sin embargo gana... Es mucho más fácil ganar una posición un poco inferior que una de tablas clavada. Nadie piensa cuando va ganando. Sólo se piensa cuando algo va mal. Siempre ha sido muy difícil para mí liquidar a un adversario. ¿Para qué ganar si ya probaste ser el mejor de los dos?". Provocador, Donner señaló una vez que el ajedrez es en realidad un juego de azar: lo que hará el otro no se puede saber.

Con respecto a las virtudes pedagógicas del juego, Panno opina que "el ajedrez es una herramienta formidable, ayuda a razonar. Es una escuela de responsabilidad porque prepara a los chicos a tomar decisiones". Para Larsen, que un chico nunca llegue a conocer el ajedrez es una catástrofe, "algo tan malo como un niño que no conoce lo que es un caballo o un piano".

Vocaciones derrotadas 
El de ser jugador de ajedrez es un sueño que me persiguió sigilosa, persistentemente, y que acaso todavía no he abandonado. Hubo un momento crítico, hacia los doce, trece años, en que habría querido torcer el destino (entonces, ahora) y dedicarme incondicionalmente al ajedrez. La decisión de hacerlo -el coraje para saltar al vacío- era lo que faltaba, porque a decir verdad, lo que faltaba era el talento prodigioso que anula la indecisión de antemano, sobrepasándola e imponiéndole un porvenir. No tenía la madurez -no veo otra palabra- con que hoy veo y estudio el ajedrez (distinto, por cierto, al nivel con el que lo juego). Siempre seré un jugador mediocre: ansío salir rápido de la apertura, confío demasiado en la combinatoria -sobre todo, de la mano de la pareja de caballos- y en el sacrificio atropellado. Sigo sin descifrar aquellas horas que recuerdo, en passant, en Villa Gesell, encorvado sobre un tablero en un chalet cerrado mientras toda la familia partía a la playa. Casi un verano entero jugando a solas, reproduciendo partidas, haciéndome pasar por este y aquel jugador, reviviendo torneos remotos en un teatro privado: un solo titiritero para treinta y dos marionetas. Cultivando una larga obsesión por los nombres extranjeros, no importa de qué origen. Húngaros como Lajos Portisch y Zoltan Ribli, holandeses como Max Euwe y Jan Timman. Ajedrecistas que alcanzaban la categoría de criaturas fantásticas, como el papirólogo y especialista en jeroglíficos Robert Hübner, o los encendidos precursores Tarrasch y Schlechter. Embobado con topónimos (tara que sigo puliendo), desde el balneario de Gesell extendía tentáculos invisibles a otros: Mar del Plata, Palma de Mallorca, Wijk aan Zee, Oostende, Eastbourne, Hastings. "Muchos balnearios he recorrido durante mi vida, pero ninguno tan extravagante, abrumador y decadente como Mar del Plata. En cuanto al ambiente, se parece en algo a nuestro Oostende, pero diez veces más grande", cuenta Timman, y confiesa que recobraba fuerzas nadando en el mar.

En sus Smoking Diaries, Simon Gray revela que las partidas contra su hermano terminaban con los dos rodando por el piso, pateándose, tirándose piñas, agarrándose del cuello, y que cuando jugaba contra su padre, intentaba hacer trampa, pero no calculaba las consecuencias de haber cambiado una pieza de lugar y volvía a perder. Del otro lado del Canal de la Mancha, a los cuatro años, un niño sonámbulo llamado Max Euwe se levantó de la cama y fue a despertar a su madre para decirle: "Mamá, al rey le dieron jaque mate". Ese pequeño holandés mal dormido se consagraría campeón del mundo.

Reyes sin corona 
Frente a mí tengo al ganador de innumerables torneos en los años 60 y 70, de quien Donner decía:

Tiene en abundancia una cualidad que es más inusual entre jugadores de ajedrez que lo que se supondría. Siente un gran placer al jugar al ajedrez. Es uno de los poquísimos jugadores que conozco para quienes ganar es menos importante que jugar. Y, es notable, jugadores así ganan con más frecuencia. 

Bent Larsen me mira sin parpadear y responde: "Juego todas las posiciones, lo único que me disgusta es hacer tablas". Le pregunto qué es lo que hace a un gran maestro: "Probablemente algo en el carácter". Autor de un compendio excepcional, Larsen?s Selected Games, entre sus admiradores contó con Marcel Duchamp, que una vez le dijo "de todos los pintores, algunos son artistas, pero todos los jugadores de ajedrez lo son".

Holanda es el país al que Heine decía que, si el fin del mundo estuviera cerca, emigraría de inmediato, porque allí todo sucede cincuenta años más tarde. En ajedrez ha sido todo lo contrario; parece ser, incluso, el corazón secreto de su reloj. La pasión que despierta en ese país es comparable a la que provoca en Islandia (dos países que flotan) y se nota en la excelente revista y editorial New in Chess, en los cafés de Ámsterdam, en los torneos de Hoogeveen, Groningen y Wijk aan Zee. En Holanda se refugiaron, después de la Primera Guerra Mundial, Lasker, Reti, Maroczy. En la Olimpíada de Buenos Aires de 1939, Capablanca decía en el diario Crítica que "Holanda es un país en el que el ajedrez se ha desarrollado a un nivel que secunda sólo a la Unión Soviética, y si se tiene en cuenta que se trata de un país pequeño, perfectamente podría llamárselo la nación más ajedrecística del mundo". Esos territorios bajos, anegados, tal vez hayan dado al mejor escritor sobre ajedrez hasta la fecha, J. H. Donner, cuyos artículos se recopilaron en el extraordinario The King. En 1955 decía esto del argentino Panno:

Su principal fortaleza es saber que una partida se juega sobre el tablero, entre dos jugadores, y que la voluntad de ganar es más importante que las ideas brillantes, la voluntad de ganar y la confianza absoluta en las propias capacidades. Su mayor fortaleza -y debilidad- reside en mezclar la confianza con la confianza excesiva. Éste es el sello de los grandes campeones.
Donner vino con el equipo holandés a la Olimpíada Mundial que se jugó en 1978 en Buenos Aires y aquí este barbado fue el primer occidental en perder contra un maestro chino. (A propósito, en un cuento de Julian Maclaren-Ross, dos chicos están jugando una partida y uno le dice al otro que mire la barba del rey, porque "por supuesto que tiene barba, necio, las barbas van con el ajedrez. Todos los ajedrecistas tienen barba".) En The Human Comedy of Chess, Hans Ree comenta:

Donner una vez declaró que era probablemente el único maestro en saber la fecha exacta del día en que aprendió las reglas del ajedrez. Fue en el colegio el 22 de agosto de 1941, cuando tenía catorce años. Lo recordaba con claridad porque cuando regresó a su casa ese día le dijeron que su padre había sido arrestado por los alemanes y deportado.
El ser humano parece ser más exigente, más preciso, cuando se ocupa de lo improductivo: contemplar unas rocas, unos insectos, unas piezas sobre un tablero. Su fervor por lo intangible es capaz de llevarlo a la cima de la perseverancia y la vanagloria más misteriosas. En una clase, Bent Larsen habló del día que Emanuel Lasker perdió una partida en unas simultáneas y los organizadores no se atrevieron a anunciarlo: "Por los altoparlantes dijeron: "Treinta y nueve partidas ganadas, una partida tablas". No hubo aplausos". Larsen no oculta sus lágrimas: "Cada vez que pienso en eso, lloro. No entiendo a los actores cuando dicen que necesitan diez minutos y una luz especial y otras cosas para emocionarse. Pienso en eso y lloro enseguida". En esta inmediata y profunda comprensión del sentido del orgullo y de la humillación, en la reverencia de un maestro por otro, se me ocurre que residen al menos dos de los secretos de un arte que no tiene fin. El ajedrez: novela de suspenso entre dos lectores que tratan de adivinarse, cuyo vencedor será el que mejor lea al otro, el que se convierta en el verdugo.

Por Matías Serra Bradford

LA CAPACIDAD VOLITIVA EN LOS GRANDES MAESTROS DEL AJEDREZ

undefinedLA VOLUNTAD COMO ARMA DE LUCHA
A.I Fide José Gauna

Mucho se habla y se especula sobre las fortalezas y destrezas que esgrimen los Grandes Maestros del ajedrez en las partidas de las cuales son protagonistas, la crítica entonces se reduce a un ámbito de tecnicismo y manejo de capacidades mentales e intelectuales que muchos incluso no saben describir.
Desde el simple manejo del conocimiento elemental de posiciones típicas hasta la azarosa y mítica conclusión de habilidades psíquicas que una mente superior es capaz de poner en juego cada vez que enfrenta a un igual humano, son pretextos aceptables, siendo por supuesto un terreno poco abonado por la experiencia y el laboratorio científico.
Por supuesto las teorías o hipótesis están a la orden del día, aunque muchas de ellas terminen desembocando en el endiosamiento de los practicantes más adelantados de la disciplina ajedrecística es decir lo Grandes Maestros del Ajedrez.
Detrás del telón de las habilidades propias de la personalidad humana se esconden muchas utilerías que especialistas de las ramas científicas, estudiosos de la conducta humana han estudiado (aunque muy recatadamente) sobrevalorando sin duda la famosa premisa que: "No es posible colocar una conducta humana en un tubo de ensayo para ser estudiada". Y es aquí donde comienzan los verdaderos problemas para establecer los grupos experimentales o grupos controles para este problema de estudio.
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La personalidad y el criterio humano, especialmente, la de los especialistas en la practica ajedrecística es un desierto de muchos oasis, donde los parajes de salvación en el estudio científico son diversos y complejos, "hay que beber el agua salvadora con un pitillo y con las manos amarradas" : Motivación, Atención, Curiosidad, Interacción Social, Temperamento, Carácter, Niveles de aspiración, Emoción, Capacidad de abstracción, son algunos de estos elementos de difícil estimación para la ciencias informales de la sicología o del ámbito sociológico.
La única fuerza que ayuda a la transformación y supervivencia del ser humano son sus emociones, aunque estas mismas llegan en muchas ocasiones a destruirle, y es probable que los bálsamos o vacunas contra las fuerzas internas de estas emociones sean la capacidad intelectual y la capacidad volitiva de los hombres actuales, de manera individual y como especie misma.
A este respecto la Capacidad Volitiva del ser humano es una fuerza universal la cual le provee de herramientas maestras para controlar dichas emociones y convertirlas en instrumentos eficaces de perfeccionamiento. En la lucha de la partida de ajedrez comúnmente vence quién logra mantener este rango o espectro de volitividad en vigencia, vivo y revolucionado.

¿Pero que es la capacidad volitiva?

Es la esencia de la voluntad, la capacidad de defensa que tienen los seres humanos de ir en contra o controlar los instintos, la mente subjetiva y los mensajes subliminales de auto supervivencia y auto conservación que nos predetermina nuestra conciencia biológica o genética y que esta conjeturada sobre más de 4 mil millones de años evolutivos.
El miedo o temor en el hombre se ha estimado desde tiempo inmemorial como "algo natural", aunque esto en realidad no son más que mecanismos de preservación que obligan a la conciencia biológica o fisiológica de nuestros organismos a cohibirse de actuar fuera de los límites del riesgo o de las situaciones extremas de supervivencia. En este aspecto nuestra mente se convierte en nuestro "peor amigo y en nuestro mejor enemigo".
Esta capacidad de elegir, o término de libre arbitrio divide entonces la intelectualidad humana y las libres emociones en algo controlable y en algo que está al servicio de la condiciones de lucha, prescindiendo del temor o de los miedos naturales que fijan los instintos de supervivencia.
Aunque eso parezca ser muy elaborado, en los terrenos de una lucha sobre el tablero, los Grandes Maestros son probablemente los seres humanos que mayormente hacen uso de su capacidad volitiva, de su fuerza de voluntad y de sus factores de auto confianza. Más allá de ello quedarán sus motivaciones, su atención, su curiosidad y sus niveles de aspiraciones; elementos que por separado no le ayudarían a soportar la intensa manifestación de una batalla intelectual, síquica o mental, contra sí mismo o contra un oponente símil o superior.
Por supuesto esta habilidad innata debe ser despertada por algo, y esto que la despierta es el vasto legado del conocimiento de sus propias posibilidades y facultades.
"Un Gran Maestro del Ajedrez Sabe, no improvisa" (Capablanca) y esta sapiencia se la da en continuo su estudio y ejercicio de modelos o paradigmas relacionados con la disciplina que practica, de aquí que mientras más tiempo y trabajo otorgue el Gran Maestro de Ajedrez a la instrucción y preparación del juego mayores opciones de elevar su capacidad volitiva de juego tendrá.
Hablando de José Raúl Capablanca, el Gran Maestro y Ex campeón Mundial de Ajedrez Emanuel Lasker se refirió a él como el talento más sub utilizado del ajedrez, haciendo mención por supuesto a las estimaciones sobre un Capablanca muy flojo para el estudio o poco consecuente con la voluntad de trabajo, instrucción y preparación para la lucha ajedrecística.
Y luego ¿cómo es que un jugador como Capablanca llegó a ser quién llego a ser?
Pues Capablanca al parecer estimó su conducta o la soportó sobre la eficiencia de la lógica, más propiamente sobre una lógica personal, donde el ajedrez era algo demasiado fácil para preocuparse de su estudio. De hecho jugadores como Capablanca y Morphy jamás vieron en el ajedrez algo más que un simple lúdico o un campamento para el divertimento humano.
Esta claro que en los tiempos de Morphy, ninguno de sus contrincantes supo comprender la evolución demarcada por el moderno juego de este genio del tablero y su efímera carrera no dejo oportunidad para estudiarle con propiedad y alcanzar una conjetura firme sobre sus verdaderas fortalezas y debilidades, cuando Steinitz trato de entrevistarse con él y de apelar al estudio científico de sus cualidades ya era demasiado tarde ante las demencias declaradas del pequeño abogado de New Orleans.
Con respecto a Capablanca, precisamente tuvo que llegar un incansable luchador y voluntarioso trabajador como Alexander Alekhine para demostrarle al latinoamericano que el ajedrez no es una sencilla demostración de lógica pura, sino que en el actúan factores de valor abstracto que de no ser cultivados por los grandes Maestros del tablero, corren el riesgo de pasar a ser simples objetos de la mecánica del juego, dejando obviado lo importante de las fuerzas relativas o filosóficas del juego. Pero estos dos jugadores, como ejemplo, tuvieron algo muy positivo, confianza en si mismos.
El ajedrez actual ha evolucionado hasta tal punto que nos es fácil observar partidas decentes que no sobrepasen los 40 movimientos, quizá 40 movimientos en las épocas de Morphy y Capablanca parecerían neto aburrimiento. Independientemente de las fatídicas tablas de Grandes maestros, muchos no llegan a comprender que existen factores que pueden predeterminar la conducta escurridiza de un GM a la lucha abierta y alongada, recurriendo a unas fáciles tablas de 10 0 15 movimientos (quizá menos), y que al final esto no tenga nada que ver con simple temor o miedo a su oponente de turno o a una carencia de capacidad volitiva.

¿Bajar la guardia de la voluntad es incitar el error?

Podríamos asegurar que sí. Aunque no debemos apartar de nuestra conciencia que el hombre es un ser falible y vulnerable, no es menos riesgoso aceptar que esa propiedad hacia el fallo y supuesta vulnerabilidad dependerán de si éste ha perdido sus niveles de atención y concentración, atendidos estos desniveles por la carencia del dominio de su propio temperamento y por la incapacidad de adornar o revestir adecuadamente dicho temperamento con un carácter apropiado al momento de sus decisiones y conjeturas.
A este respecto los factores exógenos del comportamiento solamente vendrán a engrosar o endulzar los factores endógenos del que comete el error, francamente atacado por circunstancias del momento cuando éste ha bajado el escudo de su capacidad volitiva o de su fuerza de voluntad.
Un Gran Maestro debe ser decidido, pero sus decisiones deben estar avaladas por experiencias previas, a veces conjeturas ajenas o modelos prestados. Aunque en la decisión misma no se encuentre la oportunidad para errar es apropiado decir que tanto las circunstancias en las que se desenvuelve como las opciones de errar son la misma cosa.
Nadie puede errar si no actúa! Podríamos decir groseramente, pero esta grosería es permisible cuando tildamos nuestra razón y nuestras acciones de ser bajo los rigores del libre albedrío, a tal efecto no es error pensar actuar, o tomar la decisión de actuar, el error se establece una vez que hemos actuado y que estas acciones han generado cierta y determinada respuesta del medio.
Aquí podríamos utilizar la famosa expresión ajedrecística "Un error no explotado puede llegar a convertirse en un acierto", más alegóricamente desde el punto de vista ajedrecístico "Una mala jugada no es mala hasta que no se refuta" ó "una mala jugada si nos es refutada puede convertirse en una buena".
Quizá el error este relacionado con esa intensa "habilidad" del ser humano a dejarse sobrecoger por impresiones de primer momento, donde su valoración de sus posibilidades y de las posibilidades externas haya sido aburrida, insuficiente o incoherente, pero en resumidas cuentas esta subvaloración será el producto de su falta de voluntad o ausencia de capacidad volitiva.
Mijail Tahl nos dejó ese legado en el ajedrez: a través de su juego especulativo y falto de temor hacia el error el Mago de Riga nos mostró un tipo de ajedrez (aunque solamente un prototipo) repleto de valentía, aunque poco agradable a los ojos del cientifismo de su época.
Este juego no tendría mucho que ver con el juego psicológico de Lasker "No busques a realizar la mejor jugada, has siempre la que más moleste a tu contrario" pues en la exégesis de su expresión Lasker nunca sugeriría equivocarse a propósito, mientras que no estamos seguros si el Gran Maestro Letón lo habría asumido como una forma consiente o alocada de llevar a sus rivales a un despeñadero.
Finalmente utilizaremos otro modelo turbador en el juego de Gary Kasparov, en su arraigado juego de "pechos desnudos", donde el Ogro de Bakú llevaba a sus rivales a una lucha frontal en una cuerda floja y donde los escudos de ambos contendientes muchas veces son dejados en el piso en la búsqueda de demostrar cual de los dos rivales era capaz de soportar más estocadas tácticas en un juego de complejidades.
Sin embargo Kasparov ha demostrado ser el Gran Maestro del ajedrez con mayor dominio de la capacidad volitiva o voluntad de trabajo durante la partida. Su juego analítico y abstracto es insuperable, aun más que el de Alekhine, su presencia y su juego equiparan a una locomotora desbocada, repleta de dinamita y sin frenos aparentes. La búsqueda de recursos invisibles e inagotables durante sus batallas colosales demuestra que el error no es patrimonio de los jugadores sino del propio juego expuesto a las rigurosidades de su complejidad y probabilidades infinitas.
Una forma de acentuar esta visión sería recomendando que al jugar ajedrez se puede sobrestimar o subestimar a nuestros rivales pero jamás sobrestimar o subestimar al propio juego de ajedrez.

Anton Korobov ha ganado la Copa de Ajedrez AICF-AAI

El GM Anton Korobov de Ucrania ha ganado la Copa de Ajedrez AICF-AAI tras vencer al mejor rankeado Radoslav Wojtaszek de Polonia en la décima y última ronda del evento.
Jugando con negras, Korobov estaba en una difícil situación después de la apertura y sufrió por mucho tiempo, pero  Wojtaszek le permitió contraatacar y el ucraniano dio vuelta la situación en poco tiempo.
La victoria le otorgó a Korobov el premio de Rs. 400000, además de varios puntos para la lista Elo. El ucraniano terminó con un impresionante score de 6.5 puntos en 10 partidas.
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Radoslav Wojtaszek y Anton Korobov
Evgeny Alekseev de Rusia terminó en el segundo lugar con 5.5 puntos después de acordar las tablas con Krishnan Sasikiran, mientras que la lucha entre jugadores de la India entre Parimarjan Negi y Abhijeet Guptatambién terminó igualada en la ronda final.
Para el registro, Krishnan Sasikiran terminó en el tercer lugar con 5 puntos, mientras que Abhijeet Gupta fue declarado cuarto al conseguir una mejor valoración en los desempates que  Wojtaszek, quien terminó quinto con 4.5 puntos. Parimarjan Negi tuvo que satisfacerse con el sexto lugar tras conseguir cuatro puntos.
Jugando con negras contra Wojtaszek, Korobov eligió la defensa Bogo-India y se encontró en una difícil situación al salir de la apertura. Pronto, las blancas obtuvieron una peligrosa iniciativa y parecía que ganarían sin problemas, sin embargo, Wojtaszek no pudo encontrar las mejoras maniobras y se equivocó en las complicaciones. Korobov terminó la partida con un golpe táctico simple.
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Todos los jugadores e invitados durante la ceremonia de clausura
Evgeny Alekseev consiguió unas tablas sencillas con blancas contra Sasikiran. Tres piezas menores fueron intercambiadas con rapidez y pronto la posición se dirigió hacia las tablas. Todas las piezas pesadas estaban sobre el tablero cuando los jugadores decidieron repetir jugadas.
Abhijeet Gupta obtuvo una posición levemente superior en el medio juego que se presentó tras una Berlín Simétrica, pero no pudo forzar nada con sus piezas negras contra Parimarjan Negi. Al sacrificar un peón, Negi alcanzó un final defendible que terminó en tablas sin mucha acción.
Resultados de la ronda final: Parimarjan Negi (Ind, 4) empató con Abhijeet Gupta (Ind, 4.5); Evgeny Alekseev (Rus, 5.5) empató con Krishnan Sasikiran (Ind, 5); Radoslav Wojtaszek (Pol, 4.5) perdió ante Anton Korobov (Ucr, 6.5).
Clasificación Final: 1. Anton Korobov (Ukr, 6.5); 2. Evgeny Alekseev (Rus, 5.5); 3. Krishnan Sasikiran (Ind, 5); 4. Abhijeet Gupta (Ind, 4.5); 5. Radoslav Wojtaszek (Pol, 4.5); 6. Parimarjan Negi (Ind, 4).


domingo, 30 de diciembre de 2012


La MI Carolina Luján y su exitoso viaje promocional en Honduras

En el marco del programa “Promoviendo el Ajedrez Femenino”, impulsado por la Comisión de la Mujer de la FIDE(WOM), se llevaron a cabo en Tegucigalpa, Honduras, diversas actividades ajedrecísticas durante los días 16, 17, 18 y 19 de diciembre.
Tuve el honor de ser invitada por la Federación de Ajedrez de Honduras.
Carolina Luján dando entrevistas en la televisión hondureña
La agenda estuvo organizada por el Presidente de la federación, Ing. Denis Díaz y sus colaboradores, quienes me acompañaron a todos los compromisos programados.
El 16 asistimos a las entrevistas estipuladas con “Cinco Deportivo”, “Canal Diez” y “Jóvenes Estrellas”. Luego estuvimos en el Mall El Dorado jugando partidas simultáneas con los representantes nacionales y público aficionado.
La exhibición de simultáneas
El 17 a la mañana nos dirigimos a las instalaciones de CONDEPAH (Confederación Deportiva Autónoma de Honduras) para el primer entrenamiento con las Preseleccionadas del Ajedrez Nacional. Participaron 9 jugadoras de entre 12 y 25 años. Nos acompañó el Presidente de CONDEPAH, Arnoldo Aviles.
El mismo día por la tarde, visitamos junto al Campeón Hondureño MF Daniel Colindres, la Escuela Americana. Se realizó una charla para motivar a los niños recién iniciados en el deporte-ciencia.
Una fotografía con los pequeños talentos de Honduras
Antes de retomar el entrenamiento vespertino con las chicas hondureñas, estuvimos reunidos con el Presidente del Comité Olímpico Hondureño, Lic. Salvador Jiménez Cáceres.
Para finalizar el día, compartimos un buen momento junto a los ajedrecistas destacados y dirigentes en el Café Paradiso.
El 18 por la mañana retomamos el entrenamiento con las preseleccionadas, dentro del temario trabajamos mucho con programas informáticos, bases de datos, módulos de análisis y medios web. El objetivo fue mostrarles las herramientas que les ayudarán a entrenar y mejorar para convertirse en Maestras.
Con el Presidente del Comité Olímpico Hondureño, Lic. Salvador Jiménez Cáceres
También realizaron ejercicios de cálculo y concentración, estudio de finales básicos y método para crear su repertorio de aperturas.
A las 17hs, el Embajador de Argentina, Guillermo Rossi, nos recibió en su residencia, estuvo acompañado por su esposa Mónica Rossi y la Agregada Cultural. Estuvimos compartiendo vivencias y conversando sobre la actualidad del deporte y la cultura en Honduras.
Por la noche, fuimos invitados a una cena de camarería por el ex Campeón Nacional y ex Ministro de SOPTRAVI (Secretaria de Obras Publicas Transporte y Vivienda) Ing. Tomas Lozano. Estuvieron presentes los Ex campeones Nacionales Masculino y Femenino de Honduras, así como también, familia y amigos ajedrecistas.
Junto a sus colegas hondureñas
El último día de actividades acompañamos al Ministro de Arte Cultura y Deporte señor Marco Tulio Gonzales a una escuela en las afueras de Tegucigalpa. Fue una experiencia muy enriquecedora ya que compartí la alegría de los niños hondureños al recibir los primeros tableros de ajedrez.
Terminando con la agenda programada, todas las jugadoras y jugadores, dirigentes de la Federación y amigos nos reunimos en el hall del Hotel Plaza Florencia para despedirnos.
Exhibición de simultáneas
Fue muy placentera mi estadía y un honor haber podido contribuir en la promoción y difusión del ajedrez en su país.
No recibí más que felicitaciones y mensajes de alegría respecto al programa “promoviendo el ajedrez femenino”, organizado y auspiciado por la COMISION MUNDIAL DE LA MUJER FIDE WOM www.womenchessfide.com


Solución a los problemas del genial compositor Sam Loyd


Hace unos días publicaba tres desafíos del genial compositor Sam Loyd. Hoy  presento las soluciones a estos increíbles rompecabezas. Parecen muy fáciles de resolver pero esconden planes ocultos. 
SOLUCIÓN A LOS DESAFÍOS DE SAM LOYD
DESAFÍO NÚMERO 1
Juegan blancas y dan mate en 5
Juegan blancas y dan mate en 5
SOLUCIÓN: Las blancas quieren amenazar Tf5 y Tf1 haciendo jaque mate al rey negro. 1.b4 Tc5(única para evitar este plan) 2.bxc5 a2 (única para evitar Tb1 mate) 3.c6 buscando el mismo plan de Tf5 y Tf1. 3…Ac7 o cualquier otra jugada ya no ofrece resistencia. 4.cxb7 Axg3 5.bxa8=D# mate. 
Un peón que parecía insignificante en b2 ha llegado hasta a8 y ha dado Jaque Mate.


DESAFÍO NÚMERO 3
Juegan negras y dan mate en 5
Juegan negras y dan mate en 5
SOLUCIÓN: Para las negras sería muy fácil jugar f4 y terminar la partida en tablas por ahogado. Pero como se trata de composiciones las negras buscan algo más, en concreto mate en 5. 12… Axa4 13. f4… Ac2! 14. b4… Da1 15. Cb3… Axb3 16. bxc5… Dxc1#
Si… 13. b4 14. Dxb4 14. f4… Dc3 y mate en el siguiente movimiento.
Si… 13. b3… Axb3 14. f4… Dc3 y mate en el siguiente movimiento.

sábado, 29 de diciembre de 2012


Composiciones y problemas brillantes de ajedrez por Sam Loyd


200px-Samuel_LoydSam Loyd fue uno de los compositores de ajedrez más brillantes de todos los tiempos. Sus problemas son siempre mostrados a las personas que se adentran en el mundo del ajedrez. La brillantez, la dificultad y la creatividad de sus composiciones fueron increíbles. Además también destacó en otros campos como las matemáticas y los rompecabezas.
Sam Loyd (1841 – 1911)
Seguidamente me gustaría lanzaros tres retos, haber si sois capaces de superarlos. Consejo: Para poder sacarlos hay que dedicarle un poco de tiempo.
DESAFÍO NÚMERO 1
En el primer desafío Sam Loyd nos propone un problema, conocido por el nombre de “Excelsior”. Tal y como se puede ver las blancas tienen una gran ventaja material. Pero Sam va más allá y quiere encontrar la forma de dar mate en 5 al rey negro.
Juegan blancas y dan mate en 5
Juegan blancas y dan mate en 5

Ahora vienen los retos 2 y 3 que vienen unidos. El reto dos, más que un problema es una “miniatura” es decir una partida muy breve para que veáis el increíble potencial compositor que tenía Sam Loyd.
DESAFIÓ NÚMERO 2
El desafío número 2 sería: intentar crear una partida en la que el blanco quede ahogado en 12 jugadas. Es decir, blancas y negras van haciendo sus jugadas pero en la jugada 13 el blanco no tiene ninguna jugada legal para hacer. Al ser muy difícil de crear os he dejado la solución en un visor de partida, pero os animo a intentar crearlo. Seguidamente podéis ver esta obra de arte para reproducir en el visor.
DESAFÍO NÚMERO 3
Y el desafío número tres viene creado a partir de la posición anterior. En lugar de jugar 12…f4 y crear una posición de ahogado, las negras pueden combinar y buscar mate en 5!
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Juegan negras y dan mate en 5


EL MEJOR AJEDRECISTA DE TODOS LOS TIEMPOS

Como todas las demás cosas, El ajedrez, puede aprenderse hasta un punto y no más allá. Lo demás depende de la naturaleza de la persona."José Raúl Capablanca (3º Campeon Mundial)"



Sin duda existen 14 jugadores en el Olimpo del Ajedrez que han tocado la cima de este deporte-ciencia situandose asi por encima de todos sus contemporaneos y que son considerados Campeones del Mundo Indiscutibles. Fueron los mejores de su momento, que duda cabe, pero, ¿Quién es el mejor de entre éstos Colosos del Tablero? Algunos destacan sobre otros porque han dejado registros historicos no superados hasta el momento, ¿Sería esto tal vez una referencia?. Los 14 Campeones indiscutibles son:


Wilhelm Steinitz 596 partidas
(Austria, 1836-1900)
Campeón de 1866 a 1894


Emmanuel Lasker 899 partidas
(Alemania, 1868-1941)
Campeón de 1894 a 1921



José Raúl Capablanca 589 partidas
(Cuba, 1888-1942)
Campeón de 1921 a 1927



Alexánder Alekhine 2259 partidas
(Rusia, 1892-1946)
Campeón 1927-1935 y 1937-1946



Max Euwe 1393 partidas
(Holanda, 1901-1981)
Campeón de 1935 a 1937


Mijail Botvinnik 3110 partidas
(URSS-Rusia, 1911-1995)
Campeón 1948-1957, 1958-1960y 1961-1963



Vassily Smyslov 1850 partidas
(URSS-Rusia, 1921)
Campeón de 1957 a 1958



Mijail Tal 3110 partidas
(URSS-Letonia, 1936-1992)
Campeón de 1960 a 1961



Tigran Petrosian 1850 partidas
(URSS-Georgia/Armenia, 1929-1984)
Campeón de 1963 a 1969


Boris Spassky 2416 partidas
(URSS-Rusia, 1937)
Campeón de 1969 a 1972



Robert James Fischer 853 partidas
(EEUU, 1943 - 2008)
Campeón de 1972 a 1975



Anatoly Karpov 2602 partidas
(URSS-Rusia, 1951)
Campeón 1975-1985 y 1993-1999



Gary Kasparov 1855 partidas
(URSS-Azerbaiyán, 1963)
Campeón 1985-1993 y PCA 1993-2000


Vladimir Kramnik 1245 partidas
(Rusia, 1975)
Campeón BrainGames 2000-2006 y título reunificado desde 2006


NOTA ACLARATORIA

Antes de Vladimir Kramnik hubo 5 campeones en su Orden:


Alexander Khalifman
Décimocuarto Campeón Mundial
1999 - 2000 El Gran Maestro Ruso Alexander Khalifman gana el título Mundial de la FIDE en 1999. En un evento de eliminación, derrota a 8 jugadores en el Caesar's Palace de Las Vegas del 31 de Julio a Agosto 29.


Viswanathan Anand
Décimoquinto Campeón Mundial
2000 - 2001
Viswanathan Anand ganó en Campeonato Mundial de la FIDE en la víspera de Navidad del año 2000 en Terán y Nueva Delí. Anand derrotó a Alexei Shirov en la partida final por un marcador de 3½ - ½.


Ruslan Ponomariov
Décimosexto Campeón Mundial
2002 - 2004
Ruslan Ponomariov se convirtió en el GM más joven de toda la historia. A los 18 años (nació el 11 Octubre de 1983) gana el campeonato mundial al derrotar a Vasilly Ivanchuk en Moscú por 4 1/2 - 2 1/2.


Rustam Kasimdzhanov
Decimoséptimo Campeón Mundial
2004 - 2005
El GM Rustam Kasimdzhanov de Uzbekistan, gana el título FIDE en 2004 derrotando a grandes jugadores como Almási, Ivanchuk, Grischuk, Topalov y Adams. Este encuentro se llevó a cabo en Tripoli, Libia.


Veselin Topalov
Décimooctavo Campeón Mundial 2005 - 2006 Veselin Topalov termina invicto con 10 puntos en este torneo de San Luis, Argentina con una ventaja de 1.5 puntos sobre el favorito Viswanathan Anand. El desarrollo del ranking de Topalov fue de 2890.

Algunos de ellos han dejado los siguientes registros, aun no superados:

Wilhelm Steinitz, ha sido el Campeón Mundial más viejo de la Historia. Tenía 58 años cuando perdió el título frente a Emanuel Lasker en 1894.

- El Alemán Emanuel Lasker ha sido el Campeón del Mundo que durante más tiempo retuvo su corona: 26 años y 337 días. Ganó el título a W. Steinitz y lo perdió frente a J.R. Capablanca.

José R. Capablanca permaneció invicto por más de ocho años, desde el 10 de febrero de 1916, cuando perdió desde una posición superior contra Oscar Chajes; hasta el 21 de marzo de 1924, cuando sucumbió frente a Richard Reti en el Torneo Internacional de Nueva York y por cierto, jamas le dieron mate.

Alexander Alekhine fue el Unico Campeón del Mundo fallecido en posesión del título.

Mijhail Botvinnik ha sido el unico en ostentar el titulo de Campeon Mundial por 3 veces.

Anatoly Karpov es el jugador que más torneos ha ganado en la historia, 168.

Garry Kasparov rompió el techo de los 2800 puntos y llegó a ser el jugador que más ELO ha tenido: 2851, siendo el primero de la lista Elo casi continuamente desde 1986 hasta su retirada en 2005.

Todos estos datos resultan impresionantes, pero lo cierto es que hay un metodo que ha determinado quien fue el mejor. 2 cientificos eslovenos de la Universidad de Ljubljana, Facultad de Informatica e Informacion Cientifica, Laboratorio de Inteligencia artificial, Ljubljana, Eslovenia, se han tomado muy en serio la pregunta de quien fue el mejor y han desarrollado un metodo, que con ayuda de un programa informatico ha determinado al Rey de Reyes del Ajedrez.

El analisis estuvo enfocado no sobre una valoracion estadistica de los resultados, sino sobre la evaluacion de la calidad de cada una de las jugadas realizadas en cada partida (observando las listas anteriores, se ve que son unas cuantas). El metodo diseñado para evaluar dichas jugadas tuvo en cuenta que los jugadores posicionales en sus partidas tipicas tienen menos posibilidades de cometer errores de bulto que los jugadores tacticos.

Se diseñaron varios criterios para la evaluacion, que estuvo basada entre la puntuacion que obtenia el jugador por cada jugada y la valoracion de la que el programa consideraba la mejor jugada. Tambien se evaluo el promedio de equivocaciones en posiciones de una complejidad similar. Otro aspecto evaluado fue el porcentaje de la realizacion de la mejor jugada posible en cada posicion.




Resulto que el jugador cuyos movimientos han estado mas cercanos a la verdad, jugada tras jugada ha sido el gran Jose Raul Capablanca. Sus jugadas han sido, una a una las que mas veces han estado de acuerdo con la recomendada por el programa (no se equivocaron sus contemporaneos al llamarle "La Maquina del Ajedrez").

Como consecuencia, tambien ha cometido el menor porcentaje de errores a lo largo de su carrera ajedrecistica. Es cierto que sus partidas en comparacion con las de otros jugadores son relativamente simples, aunqueCapablanca tambien quedo por encima de todos los demas en las restantes evaluaciones excepto en una, quien responde con mejores jugadas ante situaciones complejas, donde el mejor resulto ser Kramnik.

Asi mismo Kramnik tambien tiene el mejor registro en cuanto a menos errores cometidos durante un match por la Corona. En su encuentro frente a Kasparov en el año 2000 su porcentaje de errores fue del 0.09%.






En cuanto a realizar la mejor jugada posible en una posicion dada ( si, esa a la que los GM le ponen dos admiraciones al comentarla, esa que dices  como la habra visto!!) el que tiene el mejor porcentaje es Robert Fischer, seguido de Alekhine Kramnik.

Entre los jugadores que mas tienden a simplificar la posicionKramnik es claramente el ganador y en el lado opuesto, con tendencia a conservar todas las piezas estarian , Steinitz,Spassky y Petrosian.


A continuacion les presento las graficas que han resultado del estudio de los Campeones:

Fig 1
Promedio de Errores



Fig 2
Expectativa de errores



Fig 3
Diferencia entre la mejor jugada posible
y veces que la han realizado



Fig 4
Mejor respuesta ante posiciones complejas



Fig 5
Porcentaje de realizacion de la mejor jugada posible



Fig 6
Porcentaje de Errores



Para terminar el articulo hare un pequeño homenaje al que ha resultado ser el Mejor entre los Mejores.

Al parecer el genial cubano estaba destinado a ser el Rey de Reyes del ajedrez, y sus comienzos como niño prodigio asi lo ratifican. Cito textualmente al propio Capablanca narrando como fue su comienzo en el Ajedrez:


"Yo todavía no había cumplido los cinco años cuando entré un día en el despacho de mi padre y le vi jugando con un hombre. Nunca antes había visto una partida de ajedrez y las piezas llamaron mi atención. Al día siguiente volví a observar jugar a mi padre. El tercer día, mi padre, que era un principiante en el ajedrez, movió su caballo de una casilla blanca a otra del mismo color.

Su adversario, no mejor jugador que él, no se dio cuenta de ello. Mi padre ganó la partida y yo le dije que había engañado a su rival. Por poco me echa de la habitación, pero yo le indiqué que era lo que había hecho. Me preguntó qué sabía sobre el ajedrez y le dije que podía ganarle. Me respondió: "Eso es imposible poque tú no sabes ni colocar las piezas". Jugamos una partida y gané. Ese fue mi comienzo
".



Algunos comentarios del 3º Campeon del Mundo sobre el Ajedrez:

"Puedo adivinar en un momento lo que se oculta detrás de las posiciones y que es lo que puede ocurrir o lo que va a ocurrir. Otros maestros tienen que hacer análisis para obtener algunos resultados, mientras a mí me bastan unos instantes".

"Cuando ustedes ven una posición, se preguntan qué puede suceder, qué sucederá. Yo lo sé".

"Aprendí a jugar al ajedrez antes que a leer".

"Yo sé a simple vista cómo ha de tratarse una posición, lo que puede ocurrir, lo que va a suceder; otros hacen ensayos, pero yo sé, yo sé".


Otros notables ajedrecistas dejaron algunas opiniones sobre el genio cubano y hoy podriamos valorar su juicio:

"He conocido a muchos jugadores de ajedrez, pero entre ellos sólo un genio, ¡Capablanca! Su ideal era ganar mediante maniobras. El genio de Capablanca se revela en su capacidad de poner a prueba los puntos débiles del oponente. La menor debilidad no puede escapar a su certera mirada" (Emanuel Lasker)

"Había un sello de extraordinario talento natural en el estilo de analizar de Capablanca. La reflexiva y pausada manera con que Lasker analizaba una posición, que interesaba a ambos excampeones, contrastaba con la velocidad casi relámpago con la que Capablanca mostraba sutiles e inesperadas variantes. También demostraba, por supuesto, la extraordinaria técnica de Capablanca" (I.Kan, acerca de un análisis conjunto de Lasker y Capablanca)

"El más grande jugador de ajedrez de todos los tiempos" (Alexander Alekhine). (¡Alekhine lo supo antes que nadie!)

"No entiendo ni ahora, después de tantos años, cómo he conseguido ganar a Capablanca en el match de 1927". (Alekhine)

"Capablanca fue el mejor porque no necesitó molestarse" (Najdorf)

"Capablanca se encuentra entre los jugadores más grandes, pero no sólo por su habilidad en el final. Su truco consistía en jugar aperturas lo más simples posibles, y entonces jugaba con tal brillantez en el medio juego que la partida quedaba decidida -aunque su oponente no siempre lo supiera-, antes de llegar al final." (Fischer)

En toda su carrera Capablanca sufrió menos de cincuenta derrotas en juegos serios. En partidas oficiales, perdió 35, el 6% del total. Sólo Marshall, Lasker, Alekhine y Rudolf Spielmann ganaron dos o más juegos serios frente a un Capablanca maduro, aunque los totales de sus respectivas carreras son negativos (Capablanca derrotó a Marshall +20 -2 =28, a Lasker +6 -2 =16, a Alekhine +9 -7 =33), a excepción de Spielmann que consiguió su nivel (+2 -2 =8).

De los más grandes jugadores, solamente Keres tuvo un estrecho margen a su favor (+1 -0 =5), triunfo que ocurrió cuando Capablanca tenía 50 años, en el declive de su carrera. Su puntaje Elo ha sido calculado en 2725.

Capablanca no fundó ninguna escuela por sí mismo, pero su estilo fue muy influyente en los juegos de los campeones mundiales Bobby Fischer y Anatoly Karpov. Mikhail Botvinnik ha escrito acerca de cuánto aprendió de Capablanca, y precisó que también Alekhine debía al cubano mucho de su juego posicional, que aprendió durante sus frecuentes reuniones antes de que la lucha por el título del mundo les hiciera enemigos.

Botvinnik considera a "Los fundamentos del ajedrez", de Capablanca, como indudablemente el mejor libro sobre ajedrez que se haya escrito. En este texto el gran maestro precisa que mientras que el alfil es generalmente más fuerte que el caballo, la unión de dama más caballo es generalmente superior que la combinación de dama y alfil: el movimiento diagonal de éste simplemente imita al de la reina, mientras que el caballo la complementa, alcanzando inmediatamente posiciones que le están vedadas a la dama. Botvinnik acredita a Capablanca como el primero en hacer esta observación.


"Es imposible comprender el Ajedrez sin mirarlo con los ojos de Capablanca"