miércoles, 26 de marzo de 2014

CARLSEN: 'ME PUEDES LLAMAR GENIO DEL AJEDREZ, PERO NO GENIO'

ON 26.

'Me llevo bien con Kasparjov, especialmente desde que no es mi entrenador'
'No soy una persona que lo coge todo inmediatamente. Necesito adquirir conocimiento'
'Me es difícil admirar a los ajedrecistas actuales, porque son mis competidores'

Durante la presentación de PlayMagnus, ELMUNDO.es tuvo la oportunidad de charlar con el joven Gran Maestro de ajedrez noruego: sobre sus planes, sobre si le ha cambiado la vida desde el pasado noviembre cuando, con 22 años, 11 meses y 23 días, fue coronado como el decimosexto campeón mundial de ajedrez, sobre Kasparov y Anand, y sí, también sobre el Real Madrid.

Hace dos días, Carlsen escribía en su cuenta de Twitter: "PlayMagnus ha logrado las 100.000 descargas. Me pregunto si mi próximo contrincante en el Campeonato Mundial la usa para entrenarse".

Era medio broma, porque no disimula su risa, pero confiesa: "Sé que el Gran Maestro francés, Maxime Vachier-Lagrave, que es el número 10 del mundo, ha estado compitiendo en ella... Pero tengo la impresión de que es más por divertimento que como entrenamiento contra mí", explica. "Aunque lo pasó mal, creo. Y si no recuerdo mal jugué contra él varias varias veces cuando tenía 14 años y le gané siempre".

Carlsen no ha ocultado nunca que le disgusta jugar contra máquinas, pero con su app la cosa cambia: "Para mí es definitivamente más interesante jugar contra mí mismo", explica. Si bien no le ha dedicado excesivo tiempo, aunque reconoce haber competido contra él mismo, y que perdió en el nivel 23. Porque el "propósito de la app no es sentarte horas frente a ella, sino 10 minutos".

Próximos retos

Su rutina es cambiante, confiesa que no va mucho de vacaciones, que le gusta viajar a los torneos y los "bonitos lugares donde se celebran", y que cuando está en Noruega también lo disfruta, "relajándose en casa". Su próximo reto es el torneo de Azerbaiyán en abril donde jugará "con algunos de los mejores jugadores del mundo", para el que se entrenará todo el mes que viene. Después viene el torneo noruego, quizás la Olimpiada de Ajedrez en agosto, y por fin se centrará en quien sea su oponente en el Mundial.
Sobre cómo de cerca sigue a sus futuros contrincantes, contesta: "los torneos empiezan a las 10 y yo me levanto a las 10", y se ríe. "No en serio: los sigo varias horas a diario, los comparo con mis propias bases de datos", concede. Y los sigo "como profesional, pero también como fan del ajedrez, simplemente disfrutando las grandes partidas", añade.

Reconoce estar contento con lo bien que le ha ido a Viswanathan Anand, a quien le arrebató en Chennai el título de Campeón Mundial, "pero será interesante competir básicamente con cualquiera que se califique. Va a ser divertido para mí, y probablemente para mi contrincante. Y para todos los que siguen el ajedrez".

Un padre y un niño prodigio

No obstante, dice no sentir nada de presión desde que posee el título mundial, que le convirtió en el segundo campeón más joven después de Garry Kasparov. Sobre el ruso, reconoce: "Nos llevamos bien, especialmente desde que no es mi entrenador. Y no me discute aperturas, y no se enfada por la elección que haya hecho en el juego... La última vez que nos vimos, aquí en Oslo, tuvimos una muy buena charla sobre ajedrez. Nos llevamos bien, sí".

Carlsen -cuya inteligencia se compara a la de Albert Einstein, si bien nunca ha sentido interés en medir su coeficiente intelectual, que algunos sitúan en 190- comenzó a jugar ajedrez de niño. Aunque es sabido que al principio no mostró mucho interés. "Mi padre me enseñó a jugar al ajedrez, pero no era a eso a lo que yo quería dedicar todo mi tiempo. Jugaba de vez en cuando con mi padre, cuando hacía mal tiempo. Probablemente él tampoco quería jugar, porque tanto mi hermana como yo no entendíamos demasiado, así que no era muy interesante para él..."

Preguntado por cómo sucedió todo, por cómo un niño prodigio puede pasar ligero del tablero y acabar como campeón del mundo, rompiendo así la supremacía soviética desde Bobby Fischer, explica: "Creo que en algún momento empecé a cogerlo. Empecé a tener interés, a dedicarle tiempo a mover las piezas. Y me enganché".

'Necesito adquirir conocimiento'

Pero insiste en que no es un genio. "Me puedes llamar genio del ajedrez, pero no genio. Yo no soy de esas personas que lo coge todo inmediatamente. Necesito adquirir conocimiento. Y así fue con el ajedrez. No vino automáticamente, lleva mucho trabajo. No lo consideré trabajo pero me llevó mucho tiempo entenderlo todo. Y creo que así es con todo. Al menos para mí".
En cuanto a qué ajedrecista admira más, dubitativo, contesta: "Es difícil decir sólo un nombre. Y no recuerdo haberle dedicado mucho tiempo a pensar sobre ello. Admiro a los grandes maestros del pasado. Pero me es un poco difícil admirar a los actuales porque son mis competidores, mis rivales. Aunque es difícil responder, puedo decir que admiro lo que la gente hace, más que a la persona en sí".

No obstante, ahora que es un fenómeno social entre los niños noruegos -se dice que ha desbancado a los héroes patrios del esquí de fondo- reconoce: "A todo el mundo le encanta ser admirado". Y sobre su Real Madrid lo tiene claro: "Estoy muy contento. Están en la lucha por tres títulos y tiene muy buena pinta por ahora. Ahí es donde queríamos estar".
 

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