MOZART DEL AJEDREZ PONDRÁ A PRUEBA SU SILENCIOSA MÚSICA
Tiene una cara de bravo que se la quisiera cualquier aspirante a papel de malo en cine o televisión. Sin embargo, es solo cuando la preocupación cobra vida frente a un tablero de ajedrez. Su rostro cuadrado, calculador, con nariz de boxeador y pómulos salidos aunque aún con mirada de niño, se torna adusto.
Magnus Carlsen, próximo a cumplir 23 años el mes entrante, se sonroja cuando lo reconocen y lo llaman genio. Pero cómo más se le puede llamar a quien llegó a ser el número 1 del mundo a la edad de 19 años y un mes; a ser el tercer Gran Maestro más joven, con sólo 13 años y cuatro meses de edad; a ser el primero en la historia que alcanza un rating Elo de 2.861 puntos (actualmente tiene 2.872), 10 más de los que logró en 1999 el mejor de todos los tiempos Gari Kasparov (2851). Y podría ser el tercer ajedrecista más joven en la historia en coronarse campeón mundial, sólo superado por el mismo Kasparov (22 años, en 1985) y el efímero Ruslan Ponomariov (18).
Su coeficiente intelectual es de 186, un punto menos que el de Albert Einstein y según la revista Time tiene 40.000 veces más inteligencia que un ser humano normal.
"Es un fenómeno, realmente. Sus logros están a la vista. Es cuasiperfecto", advierte Leontxo García, un experto español en el tema del juego ciencia.
Y hasta le llaman el "Mozart del Ajedrez", porque "gracias a su memoria fotográfica es capaz de recrear el tablero en su mente como un espacio armónico donde analizar todas las posibles variables y llevar a cabo su combate particular". Aunque él suele decir que se siente halagado pero que quienes lo tildan así exageran.
Pues bien, ese chico genio, que se forjó ajedrecista de la mano de su padre y encarna la nueva gran generación del tablero es el aspirante al título mundial que posee otro grande: el indio Viswanathan Anand, rey desde hace ya seis años.
Ambos se las verán en un esperado match por el Campeonato Mundial Fide entre el 6 y el 26 del mes entrante justamente en la "casa" del campeón, Chennai, India.
Maestro Internacional a los 15 años, Gran Maestro a los 18 y experto en Comercio de la Universidad Jesuita de Loyola, en Chennai, India, Anand, llamado el Rápido de Madrás, la tendrá más difícil que en los anteriores matches mundiales.
"Ambos practican un tipo de juego muy universal; sin embargo, Carlsen gusta de posiciones más simples y allí logra siempre encontrar planes para buscar ventaja. En cambio, Anand prefiere posiciones complicadas y arriesgadas donde se hace difícil valorar. Y es ahí cuando saca a relucir su gran intuición para encontrar caminos y hacerse a la ventaja", explica Mauricio Ríos, entrenador antioqueño y Maestro Internacional, quien agrega que "mi corazón está con Anand, pero la razón con Carlsen".
La estadística particular señala que ambos se han medido en 29 partidas, 20 de ellas terminaron en tablas, seis con victoria del indio quien dobla en edad al retador y tres del joven noruego.
Sin duda, un duelo fascinante en el que la simpleza de pensamiento raya con los apelativos de los dos contendientes, porque si bien es un genio, la música de Carlsen es silenciosa y la rapidez de Anand no compagina con las largas jornadas diarias que requieren de altas dosis de espera y tranquilidad para definir un duelo de ajedrez.
Lo importante es que el mundo del juego ciencia está frente a un superdotado, quien jugará la más importante partida de su vida.
Magnus Carlsen, próximo a cumplir 23 años el mes entrante, se sonroja cuando lo reconocen y lo llaman genio. Pero cómo más se le puede llamar a quien llegó a ser el número 1 del mundo a la edad de 19 años y un mes; a ser el tercer Gran Maestro más joven, con sólo 13 años y cuatro meses de edad; a ser el primero en la historia que alcanza un rating Elo de 2.861 puntos (actualmente tiene 2.872), 10 más de los que logró en 1999 el mejor de todos los tiempos Gari Kasparov (2851). Y podría ser el tercer ajedrecista más joven en la historia en coronarse campeón mundial, sólo superado por el mismo Kasparov (22 años, en 1985) y el efímero Ruslan Ponomariov (18).
Su coeficiente intelectual es de 186, un punto menos que el de Albert Einstein y según la revista Time tiene 40.000 veces más inteligencia que un ser humano normal.
"Es un fenómeno, realmente. Sus logros están a la vista. Es cuasiperfecto", advierte Leontxo García, un experto español en el tema del juego ciencia.
Y hasta le llaman el "Mozart del Ajedrez", porque "gracias a su memoria fotográfica es capaz de recrear el tablero en su mente como un espacio armónico donde analizar todas las posibles variables y llevar a cabo su combate particular". Aunque él suele decir que se siente halagado pero que quienes lo tildan así exageran.
Pues bien, ese chico genio, que se forjó ajedrecista de la mano de su padre y encarna la nueva gran generación del tablero es el aspirante al título mundial que posee otro grande: el indio Viswanathan Anand, rey desde hace ya seis años.
Ambos se las verán en un esperado match por el Campeonato Mundial Fide entre el 6 y el 26 del mes entrante justamente en la "casa" del campeón, Chennai, India.
Maestro Internacional a los 15 años, Gran Maestro a los 18 y experto en Comercio de la Universidad Jesuita de Loyola, en Chennai, India, Anand, llamado el Rápido de Madrás, la tendrá más difícil que en los anteriores matches mundiales.
"Ambos practican un tipo de juego muy universal; sin embargo, Carlsen gusta de posiciones más simples y allí logra siempre encontrar planes para buscar ventaja. En cambio, Anand prefiere posiciones complicadas y arriesgadas donde se hace difícil valorar. Y es ahí cuando saca a relucir su gran intuición para encontrar caminos y hacerse a la ventaja", explica Mauricio Ríos, entrenador antioqueño y Maestro Internacional, quien agrega que "mi corazón está con Anand, pero la razón con Carlsen".
La estadística particular señala que ambos se han medido en 29 partidas, 20 de ellas terminaron en tablas, seis con victoria del indio quien dobla en edad al retador y tres del joven noruego.
Sin duda, un duelo fascinante en el que la simpleza de pensamiento raya con los apelativos de los dos contendientes, porque si bien es un genio, la música de Carlsen es silenciosa y la rapidez de Anand no compagina con las largas jornadas diarias que requieren de altas dosis de espera y tranquilidad para definir un duelo de ajedrez.
Lo importante es que el mundo del juego ciencia está frente a un superdotado, quien jugará la más importante partida de su vida.
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