viernes, 8 de marzo de 2013


Walter Arencibia Rodríguez

El acceso a la fama se consigue de muchas maneras. Por ejemplo, Capablanca será siempre recordado, además de su condición de fenomenal ajedrecista, por haber sido el tercer Campeón Mundial. Algo similar, pero a escala juvenil, sucedió con Walter Arencibia, cuando en el XXV Campeonato Mundial celebrado en Gausdal/86 se proclamara como Príncipe del orbe. Por cierto, estas hazañas separadas por 65 años, le han posibilitado a Cuba integrar conjuntamente con la URSS y USA, la reducida y selecta triada de naciones cuyos representante han sido reconocidos como príncipes y monarcas absolutos en los trebejos mundiales.
Walter aprendió los rudimentos del ajedrez a los 9 años, con posterioridad intervino ininterrumpidamente en los Juegos Nacionales Escolares, donde cosechó sus primeros triunfos al obtener varios preseas de oro defendiendo los colores de su natal provincia Holguín.
A partir de 1982 comienza a intervenir en los Campeonatos Nacionales Juveniles, donde evidencia con su constante progreso y preparación estar apto para empeños mayores, al ocupar respectivamente las posiciones 5ta., 3ra., 2da., y 1ra., éste último en 1985 le propició su pasaje para Noruega.
Su primera participación internacional se produjo en uno de los Grupos Maestros del XVIII Capablanca de 1983, finalizando en los puestos 8vo/9no. En 1985 enfrenta de manera oficial por primera vez a un Gran Maestro; esto sucedió en la 2da. ronda de Radio Rebelde, cuando cayera vencido por el Yugoslavo M.Knesevic. Pero en la 7ma. ronda de esa justa, logró su primer empate, ante su compatriota S. García.
Suma importancia revistió la primera victoria frente a un GM, sobreviniendo esta en la 3ra. ronda del Campeonato Mundial Juvenil Gausdal/86 ante S. Agdestein, que a la postre concluyó dicha lid con igualdad de puntos en el puesto de honor y solamente el desempate viabilizó que la victoria cruzara el Atlántico y retornara a Latinoamérica tras una prolongada espera de casi 20 años.
En el Congreso de Salonica/84 a Walter se le confirió el título de MF, justamente ese año había iniciado la conquista del pergamino de MI, al triunfar en el Maestros II del XIX Capablanca. Culminó su empeño en junio de 1986, al obtener el 1er. lugar en el Maestros del XXI Capablanca, o sea, al proclamarse Campeón Mundial Juvenil en Gausdal/86, ya había cumplido las cuotas necesarias para MI, por lo cual no se benefició de la cláusula especial que otorga este título al ganador de esta lid. Su graduación fue certificada en el Congreso de Dubai/86, luego de completar cuatro normas y jugar en ellas 52 partidas.
Como aspecto de adicional interés puede resaltarse el hecho que entre 1985 y 1986, Arencibia logró conquistar todos los títulos posibles en la categoría juvenil en los ámbitos nacional, panamericano y mundial respectivamente.
Arencibia, durante 1990, alcanza logros importantes en su carrera deportiva: obtiene el derecho a intervenir en el Interzonal de Manila, así como los primeros lugares en el XXV Capablanca (CAT IX) y XXIX Campeonato de Cuba, los cuales le sirvieron para vencer las cuotas necesarias para lograr el título de GM. Pero hay más, su movimiento en el ELO durante ese año resultó sumamente espectacular ya que en la lista de enero aparecía con 2425, mientras que en la de julio, su cotización personal expresó un alta significativa de 130 puntos (2555). Como ejemplo que atestigua su singular habilidad en la conducción de las piezas negras, resulta curioso significar que hizo 6.5 puntos de 7 posibles, durante el XXV Capablanca/90 (empató frente a Antunes, mientras vencía a Vera, Rubán, Granda, Gómez, Sariego y Paneque).
Entre las principales cualidades que adornan al juego de Walter encontramos la rapidez de visión y orientación en posiciones complejas, cierto equilibrio de su sistema nervioso en los momentos difíciles y el modo conque economiza sus energías durante la partida. Es un táctico por naturaleza, sin renunciar a ser un jugador práctico que aporta elementos de creatividad, una vez que logra orientarse en el plan de juego seleccionado. Después de rebasar la apertura, su nivel de juego aumenta muchísimo en dinamismo y efectividad. Como aspectos a superar en el juego actual de Walter está la necesidad de incrementar su poder de concentración durante las partidas, especialmente ante adversarios que rebasan los 2600 y ordenar de modo más coherente sus pensamientos para encarar la lucha sobre el tablero con la disciplina que exige su duro oficio como ajedrecista.
Desde 1985 hasta 1998 ha intervenido en 12 Campeonatos de Cuba, logrando la corona en 1986 y 1990 respectivamente. En total ha jugado 150 partidas, obteniendo 91 puntos válidos para el 60,7% de efectividad (G-58 T-66 P-26). Su debut en las Olimpiadas sobreviene en 1986 (6to tablero) y desde entonces excepto de 1988, ha intervenido de forma regular en el plantel cubano, logrando el 53,3% de eficiencia, gracias a G-14 T-21 P-11 (24.5 puntos de 46 posibles).

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